TRIPOLI (AP) — Dolientes clamaban venganza el lunes durante una procesión fúnebre de unas 2.000 personas que acompañaba al féretro del hijo de Gadafi, quien, a decir de las autoridades, murió por un ataque aéreo de la OTAN.

La multitud se agolpaba para acercarse al ataúd de Seif al-Arab Gadafi, el segundo hijo más joven del líder libio, cuando fue sacado de una carroza fúnebre y colocado en un cementerio en la capital libia. Algunas personas oraban, otras hacían la V de la victoria y unas más gritaban.

«Venganza, venganza por ti, Libia», gritaba la multitud en torno al féretro, el cual estaba envuelto en la bandera verde de Libia y llevaba una corona de flores a las que marchitaba el calor. «Exigimos venganza para nuestros mártires».

Las autoridades de Libia afirman que Seif al-Arab, de 29 años, murió el sábado por la noche junto con tres nietos de Gadafi durante un ataque de la OTAN contra un inmueble de la familia del mandatario en Trípoli. Gadafi y su esposa estaban en el lugar cuando ocurrió la incursión y resultaron ilesos, según las fuentes.

Mientras tanto, las fuerzas leales a Gadafi atacaron con tanques la ciudad occidental de Misrata, en medio de rumores de que el gobernante libio se dispone a utilizar armas químicas. Cientos de personas han sido muertas en los últimos dos meses en Misrata en el intento de Gadafi por capturar esta ciudad, el único bastión rebelde en la región occidental de Libia.

Los rebeldes expulsaron hace una semana a las fuerzas de Gadafi de diversas zonas en el centro de la ciudad. Las fuerzas gubernamentales han respondido con un incesante fuego de obuses disparados desde las afueras de la ciudad. La andanada más reciente ocurrió después que las fuerzas de Gadafi trajeran sus tanques a los accesos occidentales de Misrata, dijo el opositor libio Rida al-Montasser.

El ataque con fuego de tanques dio inicio en las primeras horas de la mañana del lunes y paró ante la amenaza de ataques aéreos de la OTAN, agregó. «Sólo cuando escuchamos a los aviones de la OTAN pasar por arriba cesó el ataque con obuses», dijo al-Montasser.

Diversas naciones impusieron hace casi mes y medio una zona de exclusión aérea en Libia. Sin embargo, las autoridades de la OTAN encargadas de la vigencia de la medida dijeron que los pilotos tienen problemas para acertar sus disparos contra las fuerzas de Gadafi en zonas urbanas llenas de gente como en Misrata, donde habitan 300.000 personas.

Incluso cuando paró la caída de obuses el domingo se propagaron rumores en Misrata de que las fuerzas de Gadafi se preparaban para utilizar armas químicas en su ofensiva para derrotar a los rebeldes, que controlan el este de Libia y que demandan la dimisión del gobernante.

«Hemos escuchado que todos que los soldados se distribuyen entre ellos máscaras antigas» en la ciudad cercana de Zlitan, agregó. Las versiones sobre la distribución de las máscaras no se pudieron confirmar de manera independiente.