Miles de dominicanos y dominicanas sufrimos de diabetes, otros tantos la padecen sin darse cuenta. Se trata de una enfermedad terrible, pero relativamente controlable si se lleva con rigurosidad el debido tratamiento.
Después de casi 15 años de ser víctima de ella podemos contar nuestra experiencia. Hasta ahora la combatimos a base de pastilla, dieta, ejercicio, incluyendo sábados y domingos.
El pasado mes de enero me subió el azúcar a 200 por primera vez, probablemente por el exceso alimentario de diciembre, por las festividades navideñas. Cuando esto ocurrió inmediatamente me puse a hacer ejercicio dentro de la casa y afortunadamente la reduje a 81.
A partir de ese momento endurecí la dieta y he mantenido los niveles con un promedio de 90, que es muy bueno, pero después de la experiencia narrada llevo un régimen más estricto.
Como nos hemos dedicado a estudiar minuciosamente la enfermedad y sabemos que con el tiempo afecta casi todos los órganos, incluyendo los riñones, el corazón, el hígado, la vista, la circulación, potencia sexual, etc., estamos preparados para lo peor, pues es cuestión del llamado de Dios.
En esta etapa nos interesa la calidad de vida tras estar totalmente convencido de que la diabetes no respeta credo religioso, nacionalidad, ideología, posición social, y en nuestro caso y otros dos hermanos que sufrimos la enfermedad la herencia biológica o genética proviene de la abuela, una famosa partera de Barahona, llamada Petronila Pérez de López (Doña Nilita), que sucumbió frente a lo que hoy se ha convertido en una verdadera pandemia mundial.
¡A todos los diabéticos del mundo nuestro acompañamiento y solidaridad!