Ldemocracia dominicana debe ser ejercida con más frecuencia con actividades públicas que expresen las inquietudes y preocupaciones de los gobernados. La Parada contra la Corrupción celebrada el pasado sábado en el Parque La Lira de la avenida Abraham Lincoln constituyó una muestra ejemplar del derecho a formular demandas que asiste a cada sector de la sociedad. En este caso se trató de exigir el esclarecimiento a fondo de denuncias y el sometimiento a la justicia de fucionarios cuestionados por su comportamiento en la Administración Pública. Independientemente de la atención que las autoridades prestarán a este reclamo -que debería ser plena y consecuente- muchos ciudadanos deben sentirse llamados a recurrir a similares formas de elevar su voz respecto de los asuntos que les preocupan y motivan, a fin de crear corrientes de opinión que exalten el diálogo ycomprometan al gobierno con determinados cursos de acción.
Esto contrasta con los abusos que algunos sectores cometen al abrir, más que demandar, confrontaciones con las autoridades, alterando el orden público. Los paros súbitos en el transporte; la apelación a la violencia en perjuicio de ciudadanos ajenos a tales conflictos o con daños a la propiedad pública,son comportamientos censurables que en ocasiones se vuelven contra las causas de los propios manifestantes.
Fuerte incidencia del micrográfico
Está admitido que el comerio y consumo de estupefacientes en barrios y la zoa rural extiende su presencia y carcome áreas de la sociedad. Combatir esos males es tarea difícil .Poderosos factores obran a su favor. Las redes sobornan y contratan a dispersos entes de la autoridad, y según el senador Wilton Guerrero (PLD-Peravia) a la hora crucial los peces grandes que se alían al narcotráfico permanecen ocultos. La impunidad les funciona y la fruta podrida sobrevive .
Después de los graves sucesos de Paya, hubo autocríticas en altos mandos. Se estableció el compromiso de montar una efectiva vigilancia interna en cuerpos de persecución del delito para evitar que el monstruo del crimen organizado esté infiltrado en sus filas. Pero habría que decir, con toda sinceridad, que faltan todavía convincentes demostraciones de que mecanismos de inteligencia interna de organismos oficiales cumplen tal objetivo.