Libro señala fracaso EU en lucha contra las drogas

Libro señala fracaso EU en lucha contra las drogas

SAN JUAN (EFE).- La política de Estados Unidos contra las drogas ha sido un fracaso que no sólo no ha conseguido su objetivo de reducir su tráfico y consumo sino que ha provocado la degradación del respeto a los derechos humanos donde ha intervenido.

   Estas son parte de las conclusiones del libro «Drogas y democracia en América Latina: El impacto de la política de Estados Unidos», que se presentó y discutió hoy en la facultad de Estudios Generales del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico.

   La directora de la investigación y una de las editoras de la obra, que recoge 10 estudios sobre la situación en Colombia, Bolivia, Perú, Ecuador, México, el Caribe y Puerto Rico, Coletta A. Youngers, explicó que el tema fundamental del libro son los daños colaterales de la guerra contra las drogas.

   «La política antidrogas de EEUU no está funcionando. No existe ninguna prueba de que haya servido para algo después de 25 años y 25.000 millones de dólares gastados, sin embargo, el daño colateral se nota en todo el hemisferio», reiteró Youngers.

   Defendió que las políticas de control de drogas de EEUU desestabilizan a gobiernos democráticos militarizando las fuerzas de seguridad en prejuicio de la sociedad civil y los derechos humanos.

   Denunció que se han buscado metas a corto plazo buscando alianzas con «indeseables» como Manuel Antonio Noriega, en Panamá, o Guillermo Montesinos, en Perú, en lugar de impulsar objetivos a largo plazo como apoyar el desarrollo de la democracia.

   «Más que una guerra contra las drogas es una guerra contra los pobres», dijo Youngers, que estuvo acompañada por la otra editora de la obra, la directora de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), Joy Olson.

   Puso como mejor ejemplo de empeoramiento de la situación tras la intervención de EEUU, el caso de Bolivia, donde se eterniza un patrón de asesinatos, detenciones ilegales y otros abusos.

   Youngers señaló la necesidad de redefinir conceptos, como el de lugar de «tránsito» de drogas, «hoy todos somos (países) productores y todos somos (países) consumidores», y aseguró que mientras EEUU no consiga reducir su demanda, no se reducirá la producción y el consumo en todo el mundo.

   Lamentó que el éxito de las políticas se midan con indicadores que no reflejan la realidad, como el número de detenciones que, por ejemplo, obliga a Ecuador a cumplir con una cifra que hace que en sus cárceles el 70 por ciento de las mujeres en prisión lo estén por delitos relacionados a las drogas.

   Insistió en que la política de fumigación de plantaciones en Colombia no sólo no está acabando con los cultivos, sino que los está haciendo más inaccesibles, además de suponer un deterioro ambiental. «Antes se cultivaba en tres departamentos, ahora se planta en todo el país», subrayó.

   Como alternativas a la actual política antidrogas recomendó destinar más recursos a incentivar el desarrollo económico, a promover instituciones civiles, a reducir la demanda en el destino, a ver el problema desde el punto de vista de la salud pública y abrir un debate honesto en todo el hemisferio.

   «Esperamos que este libro contribuya a este debate», concluyó.

   Por su parte, los autores del capítulo de Puerto Rico titulado «El caribe: la tercera frontera y la guerra contra las drogas», el decano de la facultad de Estudios Generales, Jorge Rodríguez Beruff, y el periodista y profesor de Sociología, Gerardo Cordero, reiteraron a EFE el fracaso de estas políticas.

   Destacaron que los indicadores reflejan que las incautaciones en el Caribe y Puerto Rico van en descenso mientras ascienden las muertes por sobredosis, que la cocaína y heroína no han aumentado de precio en décadas y que están más accesibles que nunca.

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