El libro que publicó Angelita Trujillo es una infamia, lleno de mentiras, falsedades y falsificación de hechos históricos con un objetivo bien evidente que es el de glorificar a su padre y denostar a los patriotas dominicanos que lucharon contra la tiranía de Trujillo, comenzando con los expedicionarios de junio de 1959 y algunos de los que se sacrificaron, como es el caso de Juan de Dios Ventura Simó.

Al hacer la apreciación, Emilio Cordero Michel, presidente de la Academia Dominicana de la Historia, agregó que la ruindad más notoria en “Trujillo, mi padre en mis memorias”, el libro de la hija del sátrapa cuyo acto de presentación fue impedido por familiares de víctimas del trujillato y miembros de fundaciones patrióticas, es en la que incurre la autora contra los que participaron en el ajusticiamiento del dictador.

Pone a Antonio de la Maza como un atracador que según ella lo que quería era el maletín de Trujillo, manifestó Cordero, y a Luis Amiama como si hubiera mandado a matar a las hermanas Mirabal cuando “todo el mundo sabe que fue Trujillo porque comentó en una reunión que tenía dos problemas graves que resolver, el de la Iglesia y el de las Mirabal”.

El distinguido historiador y catedrático universitario que se opuso al régimen de Trujillo bajo el que cayó asesinado su hermano José Ramón, expedicionario del 14 de Junio, significó además que “Angelita Trujillo Martínez no tiene ninguna calidad moral para escribir criticando a héroes nacionales cuando consintió y vivió con un asesino condenado a 30 años de trabajos públicos, que fue su primer esposo, el coronel Luis José León Estévez, alias Pechito, un sádico que torturaba prisioneros en las cárceles “La 40” y “El 9”.

Manifestó el reputado académico que justamente anteayer el héroe nacional Mayobanex Vargas Vargas “denunció que quien más lo torturó fue Luis José León Estévez, alias Pechito”.

 Comentó Cordero Michel que “Angelita tenía que saber lo que hacía su esposo”. Agregó que si la autora de las memorias, ahora casada con el ex coronel Luis José Dominguez con quien reside en Miami, “hubiera sido una mujer decente y con moral,  hubiera hecho lo que hizo la esposa de otro coronel, tan criminal como Estévez, o más, Gilberto Sánchez Rubirosa (Pirulo), una muchacha de buena sociedad, apellido Parra, el día que su marido llegó con el uniforme ensangrentado de torturar: salió corriendo con su hija y lo abandonó”.

 Declaró que si la ex “Reina de la Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre” hubiese procedido de igual manera, “tendría calidad para escribir tantas falacias como las que dice ese libro”.

“No puedo vomitar” Emilio Cordero Michel habló a petición de Areíto. Dijo que no compraría el libro y que hablaba basándose en lo que ha publicado la prensa y han opinado intelectuales. Mostró sorpresa por el inusitado despliegue que han dado al texto algunos medios escritos.  “Estoy viendo la portada y la contraportada porque tú me trajiste el libro”, señaló a la reportera.

 Comunicó que lo que más duele de toda esta situación que han generado ésta y otras publicaciones favorables a la figura del aún llamado “Jefe”, incluidas “las de algunos académicos pertenecientes a esta institución”, es que no se respete la ley 5880 que emitió el Consejo de Estado en 1962, prohibiendo las actividades, reuniones, alabanzas y exaltaciones a Trujillo. Enfatizó que después de esa gestión todos los Gobiernos que le han sucedido, excepto el de Juan Bosch, “han permitido que aquí se oficien misas por el alma de Trujillo, se publiquen libros exaltándolo, justificándolo, sin aplicar esa ley que está vigente y que no ha sido derogada”. Prohíbe “todo tipo de acto o publicación que exalte, favorezca o promueva al dictador Trujillo”.

“Eso es lo doloroso, reiteró, que personas como Angelita y otros trujillistas, o los nostálgicos de la tiranía, publiquen sus libros, hablen por la radio, comparezcan a la televisión y no se les aplique la ley. Es triste que a 50 años del ajusticiamiento de Trujillo los diferentes gobiernos que hemos tenido, excepto el de Juan Bosch, hayan permitido que eso ocurra”.

Cordero, que también condenó lo que considera infamias contra Manolo Tavárez y Minerva Mirabal contenidas en el escandaloso libro, aseguró que no adquirirá “Trujillo, mi padre en mis memorias”, cuyo precio es de mil 600 pesos.

“No quiero vomitar cuando lea eso, me hace daño vomitar, con lo que leí es suficiente, no gasto mi vista”, exclamó.

Y concluyó: “Si en el país existiera un verdadero ministerio de Cultura no hubiera permitido la publicación de ese y otros libros, algunos de temas obscenos, como son muchas cosas que se dicen por radio y televisión, que deberían ser castigadas, penadas por disposiciones legales”.