Libros por sobre todas las cosas: ¡Ay mi Mai!

Libros por sobre todas las cosas: ¡Ay mi Mai!

No me sorprende mi querido amigo Dennis Peña, cuando, en una visita inesperada a mi domicilio, me pide que le escriba una introducción para su libro ¡Ay mi mai!

La razón es sencilla, hemos vivido algunas locuras literarias comunes. Además, nos hemos encontrado en tantos pueblos, en tan diversas situaciones: desde San Juan de la Maguana hasta Monte Plata.

Yo buscando oídos para mis poemas y él, intentando –y lográndolo a veces-, vender su inacabable variedad de títulos.

Aún en medio del bullicio de los insoportables camiones que peinan el país de ruido, de patronal en patronal a las más variopintas campañas electorales, entre botellas y vasos vacíos que alfombran el alrededor de las mesas de los libros.

Basta recordar la vez que me invitó al Conde, en una de esas ferias del libro coloniales, a leer poesía. 

Esa tarde, nadie se acercó con ánimo de ver siquiera un libro. Ya hartos de esperar, le propuse que iba a empezar a leer y que chequeáramos la reacción de la gente.

Tal y como la buena locura manda. Empecé a leer los versos de Mujer ante el espejo, a viva voz, pues no había micrófonos. 

Poco a poco se fueron acercando turistas y nacionales, en pocos minutos estábamos rodeados y los libros empezaron a venderse –al final me entregó el dinero contante y sonante y sin descuento-.

Cuando lo conté, recibí como piropo la información de que los locos saben a quién buscan “ya yo sé que Dennis no es el único loco”, me dijo un amigo.

Pensándolo bien, tenía razón.  No hay límites a la hora de llevar a cabo los sueños y mucho menos si son tan quijotescos como hacer posible la cultura.

Por eso, las historias que Dennis cuenta, por más asombrosas que parezcan a sus lectores, no son más que una muestra mínima de la realidad.

Me parece genial la idea de recomendar la lectura de ¡Ay mi mai!, porque este libro lo conforman una serie de historias en las que se revela el Ser Dominicano.

Hombre, mujer, niño, niña, joven, militar, funcionario, político que en su estado de bueno o villano; de inocente o culpable, se transforma hasta la caricatura en este acto en el que el librero se cuenta, contando a los otros.

Es una especie de catarsis en la que saca lo sufrido y lo vivido en estos diez años de errancia -junto a su clara Dulcinea y otras duendes-, por su pasión de localizar a apasionados de la lectura o localizar potenciales lectores.

Desde el punto de vista cultural e intelectual, Dennis logra retratar la cotidianidad de los pueblos con  un humor que recuerda a Leonel Concha, Mario Emilio Pérez o Antonio Zaglul.

Pero no son relatos solo pintorescos o humorísticos. Hay muchos que denuncian maltratos y abusos.

Otros tantos que llaman a aplaudir las buenas acciones. 

Es ¡Ay mi Mai!, un libro en el que el autor sigue apelando a los valores morales en contraposición con la penosa y corrupta situación que encuentra en la mayoría de los pueblos y a los que busca solución.

Es un verdadero poema encontrarse con las carpas de ASODOLIBRO, clamando en el desierto –o en el centro de cualquier bacanal pueblerina-, y con sus sonrientes animadores. Quien no los conoce, no se lo cree.

¡Ay mi Mai!, es un libro único en su especie, a pesar de las similitudes de estilo de los autores dominicanos antes citados. 

Los amantes del libro, el arte y la cultura, no deberán embarcarse nunca en un proyecto cultural, sea itinerante o no, contando con los demás sin leer las peripecias de un soñador llamado Dennis Peña, que ha logrado que la gente compre un libro que no quiere, o que lea uno de sus títulos con la botella de ron en un bolsillo, el vaso de cerveza en una mano y el cuerpo vacilando al compás de un reguetón. ¡Así se cumple el milagro del libro!

En síntesis

Dennis Peña

Nació en Imbert, Puerto Plata. Se graduó de doctor en medicina. Fundador y presidente de la librería La Economía, Librería Internacional. Ideólogo y ejecutor de la Asociación Dominicana de Libreros del 1999.  Con Asodolibro ha recorrido el país con una feria itinerante que le ha llevado a vivir momentos difíciles y otras experiencias que narra en Ay mi Mai.

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