En el bullicioso ambiente de la Feria Internacional del Libro Santo Domingo 2024, el área dedicada a la venta de libros usados es un imán para lectores, coleccionistas y curiosos.
Libreros como Manolo Patrocinio, de “Libro Reliquia” y Radhamés Ramos Peña, de “Librería El Poeta”, ofrecen una amplia variedad de títulos que van desde novelas clásicas y ediciones raras hasta ensayos históricos y filosóficos, muchos de los cuales son difíciles de hallar en librerías convencionales.
“Fuera de la feria funcionamos principalmente por WhatsApp, con servicio a domicilio”, explica Manolo, y enfatiza cómo la tecnología permite a librerías de este tipo mantenerse activas en un mercado en el que el acceso digital es cada vez más relevante.
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Tesoros de colección
Mientras tanto, en el stand de la feria, Manolo destaca entre sus reliquias una edición especial de Ana Karenina de 1895, una joya literaria que bien podría alcanzar valores elevados en el mercado de coleccionismo, aunque él la ofrece en la feria a un precio reducido. Ramos Peña, por su parte, menciona cómo selecciona cada título con la intención de captar la atención de los lectores ávidos de clásicos difíciles de conseguir. “Cuando alguien encuentra lo que ha estado buscando por tanto tiempo, es una satisfacción sin precio”, asegura.
Los más buscados
Entre las obras más solicitadas, destacan autores latinoamericanos como c, Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa e Isabel Allende.
En particular, Manolo señala cómo las 25 novelas que llevó de Allende se agotaron en apenas dos días. Por otro lado, Ramos Peña subraya la preferencia entre los jóvenes por clásicos de la literatura universal y autores como Dostoievski, así como su fascinación por obras históricas y filosóficas, especialmente aquellas relacionadas con figuras dominicanas y temas de relevancia local.
Alternativa accesible y enriquecedora
Ambos libreros coinciden en que los libros usados representan una alternativa accesible y enriquecedora para aquellos que desean profundizar en la lectura sin incurrir en gastos elevados. Además, consideran que este tipo de libros contribuyen a la preservación del patrimonio literario y a la difusión del conocimiento. «La lectura es poder», afirma Ramos Peña, quien defiende la importancia de fomentar la lectura para promover el pensamiento crítico y la autonomía intelectual.
Propuestas de mejora
A pesar de los beneficios que esta sección aporta a la feria, tanto Manolo como Ramos Peña expresan la necesidad de un mayor respaldo y promoción para asegurar su crecimiento. Mientras el Gobierno y los organizadores -dicen- realizan esfuerzos, ambos consideran que una estrategia publicitaria más amplia ayudaría a atraer un público aún mayor, especialmente turistas y residentes locales que pueden desconocer la feria.
Caza tesoros
Para quienes visitan la feria en busca de una “caza de tesoros” literarios, el área de libros usados es un paraíso lleno de historias, conocimientos y experiencias únicas. Es aquí donde se reúnen desde estudiantes hasta turistas y profesores universitarios, todos buscando algo especial en las estanterías. Y si bien los precios en algunos casos pueden superar los de libros nuevos, la sensación de descubrir un volumen raro o agotado en medio de la feria es una recompensa inigualable.
La sección de libros usados de la Feria Internacional del Libro Santo Domingo 2024 no solo ofrece una experiencia de compra económica y gratificante, sino que también sirve como un espacio de preservación y encuentro con el conocimiento. En palabras de Manolo: “Siempre hay alguien en busca de estos libros. Son una necesidad y un elemento cultural fundamental”.
Anécdota de un librero
Durante la Feria Internacional del Libro Santo Domingo, entre los lectores y coleccionistas que buscan joyas literarias, el librero Manolo Patrocino recuerda un encuentro especial con el poeta y ensayista José Enrique García. En una edición pasada de la feria, García se acercó a su estante en busca de una primera edición de uno de sus propios libros, un ejemplar casi imposible de encontrar.
Para sorpresa del escritor, Patrocino no solo había conseguido la obra, sino que decidió regalársela como reconocimiento a su carrera. «Ese tipo de momentos hace que valga la pena cada feria», comentó Patrocino, resaltando la satisfacción que siente al conectar a los lectores con piezas únicas que guardan un valor especial para ellos.