LIBROS
Carmen Comprés  con  su  otro Azul

<STRONG>LIBROS<BR></STRONG>Carmen Comprés  con  su  otro Azul

La -buena- poesía es un arte exquisito  y de especial deleite para el espíritu. Ella hace trascender lo cotidiano ordinario permitiéndonos la libertad y el derecho de soñar, imaginar y fantasear en gratuidad con otros mundos quiméricos, pero realizables desde la verdad poética. Eso es lo que se percibe al entrar en contacto con la poética de Carmen Comprés. en “El Otro Azul. Conocí a esta poeta oriunda de la Provincia de Moca, en los encuentros mensuales que desde el interior del país (principalmente) realizan los y las escritoras del Movimiento Interiorista del Ateneo Insular. Dos años, o quizás más, habrán transcurrido luego de haber escuchado en su voz, aquellos poemas de su autoría. Al quedar admirada por el talante que exhibe en  su arte, dije esa noche -solo para mí- que escribiría algunas líneas sobre estas poesías receptoras de un lenguaje exquisito, más no rebuscado.

Dos son las producciones que atesoran el quehacer poético de Carmen Comprés. Son estas: “El Otro Azul” publicado en el año 1997, y “Poema y Variaciones”, aparecida en el año 2007. Es su primera producción la que, por ahora ocupa la atención del presente comentario.

El haber elegido como título “El Otro Azul”, reafirma que este color, es uno de los  preferidos por los y  las  poetas, quienes han encontrado en él, motivos y belleza que incorporan a su imaginación creadora. Lo azul se tiene además, como símbolo de elevación moral. Así lo expresa el himno escolar:”ya empezó su trabajo la escuela/ y es preciso elevarse a lo azul”…Este color viene dado por la naturaleza desde la sublimidad de las aguas del mar, hasta  en el inalcanzable e infinito cielo de cuyo azul no han logrado separarse ni del canto ni de la poesía. Esas huellas del azul las encontramos por igual en el poeta modernista Rubén Darío, quien al escribir su primer libro, lo tituló “Azul,” y en el que incluyó el cuento: El Pájaro Azul, donde se inserta una estrofa que, escrita en versos de arte menor, dice:

¡ Sí; seré siempre un gandul / Lo cual aplaudo y celebro

Mientras sea, mi cerebro/La jaula del pájaro azul!

“El Otro Azul” es un poemario que conduce a una visión de la realidad desde otros planos, desde otra búsqueda. “Otro Azul” es una sensibilidad, un camino, una visión,  un lugar que parte de otro azul:”En el espejo azul/ se posó el día./Este huracán/ ahogado en el azul / me turba”. En otros versos el azul es una esperanza: “Será otro azul/ otra mano tomará el pincel / anunciando la aurora”. En esta poesía circundan estados enclavados en emociones íntimas que la poeta acompaña desde un lenguaje dotado de fuerza expresiva y del sentimiento que pone en las voces que emplea.

En Carmen Comprés se observa un empleo notable de verbos en tiempo presente, así como el uso de la primera persona, o de sus variantes, lo que da  a su poesía, la fuerza y reafirmación de su personalidad de poeta:”Voy a ti / hacia mi lacerado / recuerdo”. “Aquí te espero / sin antifaz ni capa”. Ese “yo”  se inserta también con el uso de formas verbales concordando en el singular de la primera persona: “busco a penas refugio/ para posar el fardo/ de mi última salida”. “Hoy desperté /con estrellas rotas/ en el pecho”. ”Porque está sordo el viento/ y yo canto”. El uso de la primera persona, sin embargo, no eexcluye la presencia de la segunda persona como destinataria de sus códigos poéticos:”solo para ti es mi canto”.”Puedo ser tu final / desnúdame.”

Otros aspectos llamativos para esta lectura de “El Otro Azul,” lo constituyen: su apelación a la naturaleza, el uso de imágenes sensoriales, y la multiplicidad de significados en la  palabra “sombra”.

Desde “El Otro Azul” se percibe un juego poético con la naturaleza que va desde la  contemplación hasta la complicidad con ella. La apelación a los elementos de la naturaleza: Mar, estrella, tierra, noche, alba, luna, huerto, valle, día, ola, flores, cielo, nube, viento, sol, implican una comunión con ella.: “Hoy desperté/ con estrellas rotas/ en el pecho”. “Mientras/ pongo un freno a la noche/ y llega el alba”. “Este rumor de mar entre las manos/ me invade”. Esta evocación de la naturaleza, es una expresión de sensibilidad que fluye en sus emociones y sentimientos:”¡Qué importa ¡/ si al final/ está la noche ebria/ y mi silencio roto. “Hondo/ me voy / con el idioma de los ríos/ a bajo en las hogueras”.“Dejaron de agitar sus alas las estrellas/ mar no me toques!/ Que mi corazón/  Solo busca en tu piel / la huella de un lucero”.

Este poemario es un fluir de imágenes sensoriales que dan a esta versificación una fuerza abstracta para transmitir su verdad poética, logrando un desbordamiento de los límites de la imaginación: “Estirando el tibio olor/ de la memoria”/. Pero esta noche/ cuelgo un retazo de lluvia/ en la ventana”. “Pinté olores de tus mares“. “No se por qué ronda/ este aroma de miel sobre el rocío/ mi silencio roto” “ Tiene humedad de risa/ el cristal de mi llanto” “Voy a descifrar el rumbo/ donde crecen/ las rosadas auroras”

Un elemento que multiplica su presencia como algo inevitable -¿ Consciente?- es la palabra “sombra”, la cual atraviesa todo el poemario. “La sombra” es un intangible que agrega a este discurso poético, una magia y vida propia. Este recurso aparece cargado de muchos significados. A veces es como algo  esperado y deseado: “y la luz no retorna/ para traer su sombra”. La sombra es algo con lo que la poeta convive y  se relaciona: “Deja que flote la noche/ y se moje tu sombra” “¿Es tu sombra o la mía/ que transita?”. En otros versos la sombra es algo que le pertenece: “En este espacio/ de pie/ mi sombra”

En su libro “Reconciliación con la Propia Sombra” Jean Monbourquette dice que hacer las paces con la propia sombra y entablar amistad con ella constituye la condición fundamental de una auténtica autoestima”. Y es precisamente lo que hace Carmen Comprés. No puede deshacerse de la sombra, mas bien la trastrueca envolviéndose y confundiéndonos en una diversidad de usos. Es tal su identidad plena con la sombra,  que en su poetizar, dice: “Nadie prohíba/ desatar la breve sombra/ de mis manos”. Para ella la sombra no es algo que se rechaza, lo opuesto a la luz, es mas bien una presencia con la que se convive y participa: “Se que estoy sentada / en esta sombra de hojas”. La sombra es una entidad con vida propia, es como otro ser presente, como una compañía: “Como hiedra en el cuerpo alucinado/Vas con mi sombra/ que vaga y se dispersa”. Finalmente, en su identidad con la sombra, la poeta dice: “Me quedo aquí/ En la sobra/ y llega el alba”.

Consciente de sus dones  para el arte de la poesía, Carmen Comprés, en la portada de su libro, dice: “Desde siempre he creído sentir dentro de mi un indefinible “batir de alas”, que ahora se desfoga en poesía”. Siga pues en ascenso el vuelo poético de esta autora, ella, que igual que Rubén Darío en Nicaragua, ha dado a la Poética Dominicana“ El Otro Azul”.

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