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Los orígenes de la personalidad

<STRONG>Libros<BR></STRONG>Los orígenes de la personalidad

Luis Montalvo Arzeno
El libro  “Los Orígenes de la  Personalidad y su Organización Dinámica”, que acaba de publicar Tirso Mejía-Ricart es una  síntesis  exitosamente lograda  que cubre el esfuerzo de toda la vida del autor  para explicar el camino recorrido por el hombre sobre la faz de la tierra hasta alcanzar la iluminación de la conciencia y el pensamiento y ser capaz de transformar su entorno para dejar en la memoria histórica de sus semejantes eso que se llama cultura. 

Conocí aMejía-Ricart recién llegado al país en el año 1967 cuando me iniciaba en la carrera de Psicología y tomaba la materia Psicología General  impartida por él.

En New York me había graduado de mi primer título de la  Jesuítica de Fordham University en Filosofía y Letras.

Había pasado por las aulas de versados especialistas en Filosofía antigua Medieval, moderna y contemporánea. 

La escuela de Psicología de la UASD, la primera en el país, recién se iniciaba, allí me encontré con un profesor respetable, erudito, que despertaba en mí gran admiración y un profundo respeto. : este profesor se llama Tirso Mejía-Ricart.

Su curso en Psicología General era un puente entre el mundo biológico simplista de los seres unicelulares, hasta adentrarse en la complejidad del proceso de hominización que culminaba en ese ser psicosocial que se llamaba hombre, paseándonos a través de un modelo dialéctico y evolucionista que recorría todos los grandes autores  de la filosofía, la biología, la antropología y de la psicología de los siglos XIX y XX.

El libro que salió a la luz pública recoge gran parte del quehacer intelectual del autor a partir de la década del 60 cuando esbozó su tesis doctoral en Medicina partiendo de este modelo. 

El punto de partida de todo es el Yo Biológico, que lo reconocemos a partir de la misma célula, que si fuera capaz de tomar conciencia de sí misma lo haría a través del núcleo que es el centro de integración de todos sus funciones para sobrevivir, nutrirse y vencer los obstáculos que le pueda presentar el medio ambiente.

Ese punto de partida va hacia un ambicioso proyecto de desentrañar los mecanismos psicodinámicos de la conducta humana, de la necesidad de abarcar la totalidad de la Personalidad que no pierde de vista las piezas que van surgiendo en el devenir evolutivo y dialéctico: los instintos, los impulsos, las emociones, la inteligencia, los estados de conciencia, la voluntad las actitudes, los procesos de aprendizaje, la socialización, la cultura, la sociedad, las instituciones; todo sin perder el hilo conductor teleológico que a veces parece dar saltos cualitativos que van dejando atrás a las especies inferiores del hombre.

Es un devenir histórico-evolutivo en que va apareciendo cada cosa en su momento incluyendo una visión dialéctica y dinámica donde ese centro de integración de vida que se llama Yo Biológico en continua relación en el medio, va haciendo brotar funciones cada vez mas complejas y lo que fue una identidad elemental representada por ese Yo Biológico, se va iluminando a través de la aparición del pensamiento y la conciencia  en un Yo Psicológico capaz de realizar complejas y profundas funciones de interiorización, de poder de creatividad, de transformar el entorno y  de aspirar a dimensiones que trasciendan el marco determinista y puramente materialista.

Existen conceptos muy claros que aparecen desde el principio, tales como lo que son los instintos y su relación con los impulsos para explicar la supervivencia. 

Así, un solo instinto puede valerse de varios impulsos  para alcanzar su o sus objetivos,   el instinto de reproducción se vale del impulso sexual y el instinto de nutrición se vale del impulso del hambre. 

El autor hace una diferencia cualitativa entre el aparato instintivo del hombre y del animal, siendo el horizonte que se abre en el caso del hombre algo que a veces parece hasta negar el mismo concepto de supervivencia.

El profesor va armando la cadena de instintos en base a un modelo evolutivo-dialéctico.

Quisiera tomar textualmente la primera página del capítulo V en la Pág. 85 que para mí resume todo el entramado completo del libro:

“El somatotipo u organismo  del individuo, constituye la base material en la que los demás factores de la Personalidad imprimen sus rasgos. 

Así, en cada formula individual éste  apuntará los factores cuantitativos, mientras el temperamento o Fenotipo integrará los elementos cualitativos de la base biológica, el Ambiente o Paratipo internalizará los componentes cualitativos q ue son productos de la adaptación y el aprendizaje, y el Arquetipo o Inconciente colectivo incorporará los factores teleológicos.

Utilizando el clásico ejemplo de la estatua de Aristóteles a la Personalidad, el Arquetipo es la idea de la estatua misma, el Fenotipo sería la calidad de la arcilla (maleabilidad, resistencia, etc.) el Paratipo vendría a equivaler a las manos que moldearon, y el Somatotipo a la arcilla de que está hecha.

Espero despertar  interés de leer este libro, de lectura ágil y fluida y que servirá de base insustituible a toda persona interesada por el estudio del hombre y de todas las ciencias que giran a su alrededor, como podrían ser la filosofía, la psicología, la sociología, la antropología, la política, la historia y hasta la misma teología, que incursiona en la dimensión trascendente del hombre que es tema de estudio de la Historia de las Relaciones y de los Libros sagrados de todas las grandes civilizaciones conocidas.

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