Licencias para ser destructivos

Licencias para ser destructivos

Lo que más convendría a la sociedad dominicana no es que el fisco recaude mucho por expedición o renovación de licencias para el porte y tenencia de armas de fuego, sino que las autoridades garanticen que cada ciudadano que posea alguna esté sicológicamente apto para hacerlo sin riesgos para el prójimo. En ocasiones la Secretaría  de Interior y Policía ha responsabilizado directamente a los médicos que participan en el proceso de autorización  de propiciar una posesión nociva de mortíferos artefactos. Pero ¿qué han hecho en contra de tal proliferación que permite que individuos agresivos y hasta desequilibrados, continúen por ahí como potenciales homicidas?

Las autoridades gastaron mucha energía, llenaron de ruidos el país, con su exageración de desarmar de manera indiscriminada a todas las personas que transitaran con revólveres o pistolas durante el mes de diciembre. Un agrio debate tensó el ambiente pero se desconoce el resultado positivo de tales redadas, ni la lección conveniente para todos. La violencia de género, en la que participan mayormente portadores legales de armas, pero incapaces de manejar sus particulares emociones, se manifiesta con fuerza aterradora. 2009 terminaría, a este paso, como un año en el que crecerá el número de mujeres asesinadas por hombres a los que se permite llevar armas para sus instintos destructivos.

Aliro Paulino

La desaparición física de Aliro Paulino representa una irreparable pérdida para la sociedad dominicana. Como diplomático, Aliro legó al país importantes relaciones de amistad y grandes aportes culturales. Periodista de amplia experiencia; como escritor dejó a las nuevas generaciones trascendentes obras que recogen muchos de los episodios históricos que formaron parte de su trajinar al lado de grandes personalidades de la vida política, económica y social, tanto dentro como fuera del país. Dominicano con enorme vocación para el servicio comunitario, esposo y padre ejemplar, Aliro Paulino Segura fue hombre de bien. Fue entusiasta colaborador de este diario, de El Nacional y otras publicaciones.

Paz eterna a sus restos y nuestras sentidas condolencias a su esposa Marianela Fernández, con quien procreó a sus hijos Aliroska, Alirina, Aliro, Aliradel y Miguel Ángel (fallecido).

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