LIDAAPI confía mejoren préstamos para viviendas

LIDAAPI confía mejoren préstamos para viviendas

POR CLAUDIO CABRERA
Después de la barahúnda financiera que sumergió en inminente peligro al sistema financiero dominicano, cuando estalló la crisis a principios del año 2003, afectando a la banca y rozando de paso a una parte del sistema de ahorros y préstamos, la banca viviendista vuelve a desplegar sus alas para lograr recuperarse de la resaca económica.

Entre otros esfuerzos por buscar una salida que posibilite retomar el papel previamente asignado por la ley que creó las asociaciones de ahorros y préstamos del país, las autoridades monetarias, conjuntamente con el Banco Nacional de la Vivienda (BNV), se preparan para relanzar el sistema mutualista.

¿Pero cómo hacer compatibles acciones financieras destinadas a promover el crédito para las viviendas en un momento en que las políticas económicas exigen mayores restricciones en la liquidez general de la economía?

De hecho, la crisis cuyos efectos se arrastran desde hace tres años, fue un poderoso factor determinante de que todo el sistema financiero se resintiera como consecuencia de los efectos restrictivos derivados, lo cual, a su vez, condujo a una devastadora caída en el crédito.

En el caso del sistema mutualista, que hasta ese momento ofrecía tasas de interés más atractivas para el financiamiento de viviendas y locales comerciales en un largo plazo, la erupción de la crisis fue decisiva para que condujera a una caída notoria del sector de la construcción en todo el país, debido a la abrupta contracción del crédito especializado para el sector y cuya cartera era destinada en forma mayoritaria para el fomento de esas actividades.

Entre otras fórmulas compatibles al propósito de restaurar la liquidez de una parte importante del sistema financiero dominicano, en estos momentos se diseñan planes para que el Banco Nacional de la Vivienda (BNV) salga más fortalecido de una transformación en banca de segundo piso.

El proyecto, según una fuente monetaria bien enterada, tiene el propósito de facilitar un mayor radio de operaciones en calidad de correa de transmisión de liquidez alternativa, en mejores condiciones, para gran parte del sistema financiero y entre ellas, a las asociaciones de ahorros y préstamos.

El propósito se inscribe dentro de los objetivos de devolverle los lineamientos de origen al sistema de ahorros y préstamos, que como resultado de la mencionada crisis, se batió en retirada para los préstamos en gran proporción para el sector de la construcción desde la arena del mercado financiero que afectó a toda la banca del país.

Un ejemplo es que como resultado de las políticas de contracción puestas en vigor desde las anteriores autoridades monetarias, por disposición del «equipo económico Malkún», el sistema mutualista mantiene frisada desde entonces gran parte de su liquidez ascendente a unos RD$23,000 millones en la bóveda del Banco Central, mientras que el resto de la banca comercial mantiene unos RD$ 26,000 millones, totalizando RD$49,000 millones.

Las entidades mutualistas agrupadas en torno a la LIDAAPI esperan que una vez el diseño de las nuevas políticas económicas dé el resultado esperado, como parte del reordenamiento monetario, el mutualismo volverá a generar recursos blandos para costear el financiamiento de viviendas en todo el país.

PERO LOS ACTIVOS CRECEN…

Los datos del sistema mutualista muestran un sorprendente crecimiento de activos del 2003 al 2004. En tanto, al 31 de diciembre se registraron activos por RD$ 46,885 millones, al 31 de ese mismo mes, pero del 2004 este crecimiento fue de un 28.3% relativo, al llegar a los RD$60,155 millones, con un crecimiento neto de RD$ 13,270 millones.

Acorde con una información suministrada por la Liga de Asociaciones de Ahorros y Préstamos (LIDAAPI), para este año que transcurre, las entidades mutualistas otorgaron préstamos por RD$ 6,121 millones, «pese al relativo estancamiento que registró la demanda de créditos».

De este monto, RD$3,740 millones fueron destinados para financiar la compra, mejora y construcción de viviendas, igual a un 61.1%, que promediaron RD$725 por cada préstamo.

Otros RD$1,478 millones fueron dirigidos a créditos de tipo comercial dentro de la denominada «cartera diversificada», y otros RD$903 millones para satisfacer necesidades financieras de las familias dominicanas, dentro de los esquemas de financiamiento electrónico.

Por vía de la captación de recursos del público, la LIDAAPI indica que a través de los depósitos e inversiones, el crecimiento establecido fue de un 24.9%, al registrarse un incremento neto de RD$ 9,179 millones, los cuales, al cierre del ejercicio de fines de diciembre del año pasado, totalizaron RD$46,080 millones. La entidad resalta este buen comportamiento en las captaciones del sistema mutualista, como «un vigoroso y creciente respaldo con que cuentan estas instituciones en el seno de la comunidad».

A pesar de que el ejercicio operativo de las 18 entidades mutualistas ha sido difícil en medio de la crisis de liquidez que afectó a toda la banca y al país, revela que «con la capitalización del superávit operativo tras descontar el cumplimiento con el sistema impositivo, se lograron beneficios por RD$2,160 millones».

El patrimonio alcanzado fue de RD$11,616 millones, «lo que les otorga un nivel de solvencia patrimonial superior al 20.0%, lo que duplica los requerimientos normativos establecidos por las autoridades monetarias».

Expresa la liga de asociaciones mutualistas que la imagen, confianza y solidez que se ha conferido al sistema en todo el país se expresa en estos resultados del 2004, no obstante los problemas que ha confrontado el sistema financiero en el último trienio.

El índice de retorno sobre activos netos promedio fue de 4.90%, considerado «excelente» dentro del contexto de los indicadores de eficiencia en la gestión y administración de activos y pasivos.

Otros indicadores como la rentabilidad neta sobre el patrimonio revelan buenos resultados, a pesar de que los costos financieros aumentaron ante las múltiples contingencias confrontadas como producto de la crisis que ha afectado a la economía del país.

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