BAGDAD (EFE).- El clérigo radical, Muqtada al-Sadr, presentó a varias fuerzas chiís de la ciudad de Nayaf una propuesta para alcanzar una solución pacífica al desafío que mantiene con las fuerzas de ocupación.

Muqtada ofreció una serie de condiciones a sus correligionarios del partido Al-Dawa (la llamada) y de las Brigadas de Al-Badr -brazo armado de la moderada Asamblea Suprema de la Revolución Islámica en Irak-, así como a jefes tribales.

«Los requisitos no serán revelados hasta que sean aceptados por la Maryayia Dini», máxima autoridad chií, dijo el portavoz del clérigo en Nayaf, Qais al-Jazaali.

Fuentes próximas a la reunión filtraron que las demandas serían: demorar el juicio hasta el traspaso de poder; ser juzgado de acuerdo a la ley islámica, que el proceso sea supervisado por la autoridad chií y que las tropas estadounidenses se replieguen a las afueras de Nayaf.

Además, buscaría que el Ejército de Al-Mahdi, la milicia que controla, se integrara en un fuerza conjunta con la policía iraquí para garantizar la seguridad en la ciudad santa.

La primera de las demandas -retrasar el juicio- ya fue ofrecida hoy a Al-Sadr por el nuevo Gobernador de Nayaf, Adnan al-Zorfi, al término de una reunión con los jefes tribales.

Al-Zorfi dejó claro, sin embargo, que cualquier solución pasa por el desarme del Ejército del Mahdi, una condición que calificó de «inamovible».

Al-Zorfi fue nombrado Gobernador de Nayaf el pasado martes, horas después de una operación militar de EEUU que permitió recuperar la sede de la Gobernación, en manos de los milicianos de Muqtada.

El joven clérigo chií está refugiado desde hace más de un mes en la mezquita del Imán Ali, el santuario más sagrado de Nayaf, vigilado por decenas de sus seguidores armados hasta los dientes, y ha advertido que prefiere la muerte a ser capturado.

EEUU ha prometido capturar «vivo o muerto» a Muqtada, quien a finales de marzo desató una insurrección en el centro y sur de Irak con su llamamiento a la desobediencia civil.