Líder chií habría aceptado retirada

Líder chií habría aceptado retirada

NAYAF, Irak (AP).- El clérigo iraquí Muqtada al-Sadr rechazó el jueves un ultimátum del gobierno de deponer las armas y retirar su milicia de una mezquita inmediata e incondicionalmente, dijo uno de sus asesores.

   Haidar al-Tourfi, funcionario de la oficina de al-Sadr en Nayaf, dijo que recibió un mensaje del clérigo en que rechazaba el ultimátum.

   «Victoria o martirio»», reza el mensaje, según al-Tourfi.

   Poco después, el primer ministro interino Ayad Alaui emitió un «último aviso»» a los insurgentes iraquíes en Nayaf para que depongan las armas y abandonen la mezquita Imán Alí.

   En una conferencia de prensa en Bagdad, Alaui exhortó a al-Sadr a aceptar las demandas del gobierno.

   «Tan pronto cuando escuchemos de él que él está dispuesto a aceptar estas condiciones… le daremos protección a él y sus hombres»», dijo Alaui.

   Alaui no impuso un ultimátum pero dijo «necesitamos una solución pronto»». Reiteró la posición del gobierno de que no negociará con los milicianos.

   Los insurgentes en Nayaf bombardearon el jueves un cuartel policial con morteros matando a siete policías e hiriendo a 31.

   En un hospital abarrotado de heridos, un funcionario dijo que siete policías murieron y 31 resultaron heridos. Algunos de los heridos languidecían en el piso por la falta de habitaciones. La sangre corría por los pasillos y se escuchaban los alaridos de los heridos.

   Horas antes, el ministro de estado Qassim Dawoud había advertido que las fuerzas del gobierno allanarían la mezquita si la milicia de al-Sadr no abandonaba el lugar, pese a que el clérigo había indicado que aceptaba condicionalmente una propuesta de paz.

   Para evitar un ataque inminente de sus fuerzas, atrincheradas en la mezquita del Imán Alí de Nayaf, al-Sadr debe desarmar inmediatamente su milicia del Ejército del Mahdí y entregar sus armas a las autoridades, dijo Dawoud.

   Además, el clérigo debe firmar una declaración prometiendo que no volverá a recurrir a la violencia y deberá liberar a todos los civiles y agentes iraquíes capturados por sus milicianos. Además, debe anunciar en una conferencia de prensa que desmovilizó el Ejército del Mahdí.

   «La ofensiva militar es inminente»», dijo Dawoud a los periodistas. «Si estas condiciones no son satisfechas, prevalecerá la solución militar»».

   Tras escuchar la amenaza de Dawoud, el jeque Abdul Hadi al-Daraji, vocero en Bagdad de al-Sadr, pidió reanudar rápidamente el diálogo a fin de «detener el baño de sangre»» Nayaf.

   «Queremos que las partes se sienten a negociar y cooperen. No creo que sea lógico o correcto pedir a una de las partes, o al movimiento sadrista, que se desarme. En lugar de ello deberían sentarse en torno a la mesa de negociaciones y determinar lo que es correcto o incorrecto»», agregó el clérigo al canal árabe de televisión Al-Arabiya.

   Las explosiones y disparos fueron escuchados en jueves en las calles de Nayaf, en las que desde hace dos semanas combaten los milicianos de al-Sadr con las fuerzas estadounidenses. Tres tanques y dos vehículos militares estadounidenses fueron estacionados a unos 400 metros de la mezquita, la distancia a la que más se han acercado las fuerzas estadounidenses al santuario.

   El miércoles por la noche, al-Sadr envió una carta a la Conferencia Nacional Iraquí condicionando la aceptación del plan de paz, la entrega de las armas y el repliegue del santuario a cambio de poder dedicarse a la política y de una amnistía para sus seguidores. Pero estipuló que primero debe cesar la lucha antes de cumplir con su parte y negociar cómo sería adoptado el plan, según sus ayudantes.

   El gobierno respondió el jueves que cumpla su parte sin exigencia alguna, y Dawoud dijo que visitó ya los hospitales de Nayaf para cerciorarse de que están debidamente pertrechados y en posición de atender a las bajas resultantes de la ofensiva final.

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