Líder chií reta a EEUU; no desarmará sus milicias

Líder chií reta a EEUU; no desarmará sus milicias

BAGDAD.- El perseguido líder radical iraní Muqtada al-Sadr retó ayer a Estados Unidos con un combativo discurso en el que se negó a desarmar a sus milicias, reiteró que no negociará con los ocupantes y advirtió que «correrá la sangre» si los soldados entran en la ciudad santa iraquí de Nayaf.

Al-Sadr pudo evitar el acoso estadounidense y presentarse, como cada viernes, en la mezquita-fortaleza de Kufa, cinco kilómetros al este de Nayaf, donde predicó el sermón preceptivo del viernes ante miles de seguidores.

«No nos vamos a rendir a las tropas de ocupación. No nos vamos a retractar de nuestra exigencias del fin de la ocupación, porque no existe ni soberanía ni poder bajo la ocupación», aseguró el clérigo, al que jaleaban sus seguidores.

Su desafiante discurso recibió el apoyo tácito del principal guía espiritual de los chiís iraquíes, el gran ayatolá Alí al-Sistani, que advirtió ayer que la ciudad santa de Nayaf «es una línea roja que los norteamericanos no deben traspasar en su conflicto con Al-Sadr».

Miles de soldados estadounidenses rodean Nayaf desde que hace 12 días el clérigo, de 32 años, llamó a la desobediencia civil en todo Irak.

[b]Crece tensión[/b]

La tensión bélica se multiplicó ayer en Irak con el regreso de la violencia en la ciudad suní de Faluya y la advertencia de los líderes chiíes de que «correrá la sangre» si las tropas de ocupación norteamericanas entran en las ciudades santas para capturar al líder rebelde Muqtada al-Sadr.

Además, la «crisis de los rehenes» combinó las buenas y malas noticias, con nuevos secuestros de extranjeros, pero también nuevas puestas en libertad.

El presidente iraní, Mohamed Jatami, fortaleció la entrada de su país en el conflicto con una declaración institucional en la que responsabilizó a Estados Unidos de la violencia y advirtió que la única solución es la salida de las tropas estadounidenses para que pueda entrar la ONU.

[b]Ocho iraquíes muertos[/b]

En el norte, al menos ocho civiles iraquíes murieron y quince resultaron heridos cuando una salva de proyectiles de mortero, lanzados por insurgentes contra una comisaría de Policía y una base de Estados Unidos, erró el objetivo y cayeron en una área residencial.

La mañana del viernes comenzó con la noticia de la desaparición de un empresario danés a la salida de la ciudad meridional de Basora, donde trabajaba en un proyecto de reconstrucción y donde están desplegados los 450 soldados enviados por su país.

El ministerio danés de Asuntos Exteriores confirmó el secuestro, pero insistió en que ningún grupo se ha puesto en contacto para asumir la autoría.

También en Basora desapareció un ciudadano de Emiratos Arabes Unidos, al que se llevaron de su hotel varios hombres disfrazados de policías, según el relato del dueño del hospedaje.

Al principio se creyó que el emiratí era ciudadano de Estados Unidos, error debido a que en su pasaporte figuraban numerosas entradas a este último país, explicó el comisario de la ciudad.

En la mañana se conoció la buena noticia de la puesta en libertad de un ciudadano chino secuestrado hace dos días, y de tres checos capturados el pasado domingo cuando trataban de huir de Bagdad en dirección a Ammán.

Por la tarde, el Gobierno canadiense anunció la liberación de uno de sus ciudadanos.

En el frente de Faluya, ayer se informó de la muerte de al menos 15 iraquíes en bombardeos de la aviación y de la artillería estadounidense, pese al frágil alto el fuego que a duras penas se observa en la ciudad.

La Asociación de Clérigos, máxima autoridad religiosa suní, denunció que los marines no cesan de violar el cese de hostilidades y utilizan, además, armas prohibidas como las bombas de racimo.

Ante el deterioro de la situación, EEUU se avino a negociar de forma directa contra los insurgentes, y nombró una delegación civil y militar que tenía previsto reunirse ayer con los cabecillas en una base cercana a la ciudad.

En el frente sur, Muqtada al-Sadr advirtió a Estados Unidos que no está dispuesto a negociar, insistió en que no desarmará a su milicia «Brigadas Al-Mahdi» y pidió el final de los secuestros porque son «contrarios al Islam».

Ante miles de fieles, en un sermón en la mezquita-fortaleza de Kufa, cinco kilómetros al este de Nayaf, dijo: «No nos vamos a rendir a las tropas de ocupación. No nos vamos a retractar de nuestra exigencias del fin de la ocupación, porque no existe ni soberanía ni poder bajo la ocupación».

Su desafiante discurso recibió el apoyo tácito del principal guía espiritual de los chiíes iraquíes, el gran ayatolá Alí al-Sistani, que en la vecina Nayaf advirtió hoy a Estados Unidos que esta ciudad santa «es una línea roja que los norteamericanos no deben traspasar en su conflicto con Al-Sadr».

El mando militar norteamericano ha advertido que su objetivo es capturar «vivo o muerto» a Muqtada, al que acusan de instigar el asesinato del clérigo moderado chií Abdel Meguid al-Jui, poco después de regresar de su exilio en Londres.

Antes y después de los sermones, milicianos de Muqtada se enfrentaron con soldados estadounidenses cerca de Kufa, en combates en los que murieron al menos cinco civiles que quedaron atrapados en un fuego cruzado.

«La actual situación es, sin duda, resultado de la inapropiada y negligente política de EEUU que ignora las necesidades y los sentimientos de los pueblos de la región y fruto de una política de terror que se ha demostrado ineficaz», dijo por su parte el presidente iraní en un mensaje divulgado por los medios de comunicación oficiales.

«Insisto una vez más en la necesidad de que los ocupantes se retiren de Irak para que Naciones Unidas desempeñe un papel predominante y los iraquíes recuperen su soberanía», agregó Jatamí.

[b]Propone fuerza proteger ONU[/b]

NUEVA YORK (AFP).- Estados Unidos intenta movilizar a la comunidad internacional para hacer frente a la degradación de la situación en Irak, proponiendo el despliegue de una fuerza encargada de proteger al personal de Naciones Unidas, que sin embargo estaría bajo su comando.

«Esta fuerza estará específicamene dedicada a la protección de Naciones Unidas pero bajo control unificado de la coalición», declaró el viernes a la prensa John Negroponte, embajador de Estados Unidos ante la ONU, luego de consultas a puertas cerradas en el Consejo de Seguridad.

A fines de octubre, Washington propuso crear en Irak una fuerza encargada de proteger a la ONU -que retiró a su personal internacional luego del mortal atentado contra su sede en Bagdad en agosto pasado- y a las organizaciones humanitarias, junto a las tropas de la coalición británico-estadounidense.

Criticada especialmente por Francia, la iniciativa no logró apoyo y desapareció del proyecto estadounidense finalmente aprobado como resolución 1511.

El mes pasado la propuesta resurgió, según diplomáticos, a través de gestiones oficiosas estadounidenses en varias capitales, principalmente París, Berlín e Islamabad, a las que Washington solicitó el aporte de tropas.

Altos funcionarios estadounidenses indicaron a principios de abril en Washinton que la fuerza multinacional debería comprender al menos 1.500 hombres.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas