El pastor y líder comunitario de Cienfuegos, en el distrito municipal Santiago Oeste, Pablo Ureña, solicitó al Gobierno central valorar el trabajo que viene realizando el programa Niños con una Esperanza en beneficio de decenas de menores de edad en su mayoría de familias disfuncionales y de escasos recursos económicos.
“Aún mantenemos la esperanza en que el trabajo de este proyecto será valorado en su justa dimensión por las autoridades para que más niños puedan ser beneficiados, en lugar de limitar sus servicios”, afirmó.
«Tenemos fe, tenemos esperanza y confiamos, todo ello, en medio de un año 2024 que se vislumbra será difícil», reflexionó.
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Bajo el amparo del Ministerio Evangélico Tiempo Decisivo, el Programa Niños con una Esperanza, regentado por el pastor Ureña y su esposa Elizabeth Ramírez, cumplió 20 años de trabajo ininterrumpido en favor de la población infantil de Cienfuegos, denunciando los atropellos que sufre la niñez a causa del desahucio de los gobiernos, y la falta de políticas.
Con los años, la institución se convirtió en vocera de la población vulnerable del entorno, en busca de que fueran resarcidos los derechos desprendidos por la apatía estatal.
Entre los servicios que ofrece el programa está la Guardería La Esperanza, una casa cuna que ofrece el cuidado a los niños y niñas de 35 madres que pueden, con este beneficio, trabajar y/o estudiar, sabiendo que sus hijos quedan en buenas manos.
El pastor Pablo Ureña informó que, pese a lo que esto implica para la Guardería, se vio en la obligación de suspender a dos de las empleadas de la guardería, porque ya no cuentan con los recursos necesarios para pagar salarios y otros beneficios.
Dijo que esta situación constituye un retroceso para la comunidad que tiene en el centro de cuidado un soporte vital para las madres que no tienen dónde dejar a sus hijos, mientras trabajan, ya que, eventualmente, algunos de los niños deberán ser retirados del cuidado por la falta de recursos.
El pastor Pablo Ureña habló en esos términos durante un almuerzo navideño a alrededor de 200 niños, niñas, y adolescentes apadrinados por el programa, nativos de la comunidad Santa Lucía y otras barriadas circundantes del distrito municipal Santiago Oeste.
Explicó que la unión de voluntades alrededor del Programa Niños con una Esperanza, permitió que la institución pro niñez celebrara la actividad en el que los protagonistas disfrutaron de sorpresas, juegos y premios.