POR ADAM THOMSON
En Ciudad de México
El presidente de México Vicente Fox dice que el próximo líder del país enfrentará los mismos tranques en el congreso que ha castigado su administración, con el bloqueo de la reforma estructural considerado vital para un mayor crecimiento.

La advertencia surge mientras México se prepara para lo que promete ser la elección más disputada de su historia. Por primera vez desde la independencia en 1821, cualquiera de los tres candidatos parece tener la posibilidad de ganarse el puesto el 2 de julio.

Sin embargo, el señor Fox, que acaba de entrar en su último año en el poder, dijo al Financial Times que quienquiera que resulte ganador enfrentaría una dura batalla en el Congreso.

 “Las encuestas y estadísticas muestran que el próximo Presidente de la República tendrá 36% de los votos. Mi gobierno tuvo 42.5% de la votación y somos un gobierno de minoría, por lo que el grado de dificultad para llegar a acuerdos y lograr consenso [en el Congreso] se va a mantener”, dijo en una entrevista reciente.

Eso no es un buen augurio para las perspectivas de crecimiento de México. La mayoría de los economistas creen que el país tiene que introducir reformas en sus leyes laborales, en el marco fiscal, y en el sector de la energía, si es que pretende liberarse de su récord reciente de crecimiento lento.

Excluyendo los ingresos de PEMEX, el monopolio estatal, los recibos totales del gobierno son solo 11% del producto interno bruto, los más bajos de la región, aparte de Haití. PEMEX, mientras tanto, está hambriento de fondos para invertir en la muy necesaria exploración petrolera, y la Constitución de México le prohibe al monopolio entrar en contratos de asociaciones de riesgo compartido con compañías privadas.

El señor Fox, del Partido de Acción Nacional (PAN), de centro-derecha, llegó al poder en 2000, en una ola de optimismo después de más de siete décadas de gobierno bajo un solo partido, el Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Sin embargo, su ambicioso plan de reformas, diseñado para enfrentar esas barreras estructurales al crecimiento, encontraron una agria resistencia en el Congreso. El señor Fox, un ex ejecutivo de Coca-Cola con poca experiencia política hasta el 2000, no ha podido romper el cierre.  

“Estoy seguro que si el Congreso hubiera aprobado las reformas estructurales que yo le presenté el primer día de mi gobierno, estaríamos creciendo a un ritmo superior al 5%. México puede crecer a esas tasas, pero necesitamos las reformas”.

Sin embargo, sin ellas México ha crecido en un promedio de 2% al año durante los cinco años que el señor Fox ha estado como presidente, una tasa que él califica de “insuficiente”.

Dijo: “Espero que el próximo presidente tenga las habilidades políticas para lograr el consenso y que el próximo congreso federal asuma su tarea con más madurez y mayor interés por el país que por los miembros de su propio partido e intereses personales”.

VERSION: IVAN PEREZ CARRION