Miami (EEUU) (EFE).- Primeras damas y mujeres líderes de Latinoamérica y el Caribe coincidieron ayer en señalar que sólo combatiendo la corrupción, la pobreza y el tráfico humano se crean las condiciones para el acceso de la mujer a puestos de decisión.

Estas fueron algunas conclusiones que arrojó la Cumbre de Mujeres Líderes para Latinoamérica, organizada en Miami por la Asociación Voces Vitales y la Universidad de Miami (UM), y donde se afirmó que “en las manos de las mujeres está la posibilidad de un cambio” real.  El moderador del encuentro, Roger Noriega, ex secretario de Estado adjunto para América Latina de EEUU, apostó por el ineludible compromiso de “hacer cambios estructurales, al margen de la lucha de partidos, para que las mujeres tengan un papel esencial”.

En este sentido, la primera dama de Perú, Elaine Karp de Toledo, se mostró crítica con las “actitudes machistas” que se perciben en Perú y que “quieren que la mujer esté en segundo plano”.

La sociedad peruana, dijo, pese a que refleja una realidad “excluyente y fragmentada”, también es la constatación del valor ético de las mujeres: “A ellas les gustan las cosas justas”, y “cuando tienen dinero” lo destinan a “instruir a sus hijos”.

Sobre este valor de responsabilidad y ética de las mujeres, Donna Shalala, ex secretaria de Salud Pública de EEUU y rectora de la UM, aseguró en la presentación de los ponentes que la inversión “en mujeres líderes es la mejor inversión que puede hacerse en un país”.

No obstante, la primera dama de Ecuador, María Beatriz Paret de Palacio, ligó la promoción de la mujer en Latinoamérica a la lucha contra “el abominable delito de la trata de mujeres” y la pobreza.

Son mujeres que “viajan con el engaño de que van a ser modelos o institutrices”, explicó, y denunció que muchas de ellas “hasta hipotecan su casa” cegadas por el sueño de una vida mejor.

Paret de Palacio diagnosticó que “todos los problemas se crean por la pobreza”. “Mientras no suba el nivel económico nos queda poca esperanza”, destacó.