Líderes alaban asunción Bachelet

Líderes alaban asunción Bachelet

Santiago de Chile (EFE).- Los mandatarios extranjeros que asistieron a la investidura de Michelle Bachelet como presidenta de Chile coincidieron ayer en calificar como un hecho histórico la llegada de la primera mujer a la jefatura del Estado de este país.

“Me pareció una ceremonia muy bonita, hermosa, significativa, simbólica. Tener una mujer socialista al frente del gobierno de Chile suena profundo. Le deseo todo el éxito a Michelle y al pueblo chileno”, dijo el presidente venezolano, Hugo Chávez.

El mandatario del Perú, Alejandro Toledo, por su parte,  señaló que la investidura de la médica socialista es un hecho “histórico, una gran fiesta democrática”.

Añadió que tiene una “gran expectativa sobre la gestión de la presidenta Bachelet, y de lo que puedan hacer “juntos” Perú y Chile.

Toledo sostuvo que espera que con la nueva mandataria mejorar las relaciones comerciales, las inversiones de ambos países y las relaciones culturales.

El presidente de Bolivia, Evo Morales, dijo en tanto que estaba muy contento de participar en la ceremonia y agregó que “con seguridad” aumentarán las relaciones entre su país y Chile.

“En cualquier momento estaremos acá y ella allá, compartiendo experiencias”, recalcó.

Por su parte, la secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice, dijo que “es un gran día para las mujeres de todo el mundo” y, en una reunión previa con la presidenta Bachelet, le manifestó el interés de su país por mantener las “excelentes” relaciones bilaterales En tanto, el presidente argentino, Néstor Kirchner, al igual que la vicepresidenta de Irán, Masumeh Ebtekar, coincidieron en que fue un “honor y orgullo” estar presentes en esta transmisión del mando

Mientras, la ministra italiana por la Igualdad de Oportunidades, Stefanía Prestigiacomo, que encabeza la delegación de su país, dijo sentir una “sana envidia” porque una mujer alcanza la jefatura de Estado en Chile.

“Espero que pueda ser un ejemplo para todo el mundo”, recalcó y agregó que es significativo que la ceremonia de investidura haya contado con la presencia de 122 delegaciones del mundo.

En el plano interno, los dirigentes de la Concertación, coalición de socialdemócratas y democristianos que gobierna desde 1990, la asunción de Bachelet al poder representa “un cambio radical” en la historia política de Chile y una “revolución cultural”.

El presidente del Partido Socialista, el senador Ricardo Núñez, indicó que la investidura de Bachelet implica “un cambio de ciclo histórico en Chile” que hay que “ser capaces de leerlo bien”.

Con esta opinión coincidió el presidente de la Cámara de Dipútados, Antonio Leal, que señaló que la llegada de Bachelet a La Moneda, la sede de la presidencia chilena, refleja “un cambio de liderazgo, un cambio de elite y un cambio generacional”.

El ex presidente Patricio Aylwin (1990-94) resaltó que tal como él, que encabezó el regreso a la democracia al país en 1990, Bachelet también lidera una nueva etapa.

“Ahora le toca a ella ser la primera en liderar una nueva época, porque es la primera mujer que llega a la Presidencia de la República en Chile. Eso realza la solemnidad y la emotividad de este acto”, sostuvo.

Desde la oposición de derecha, el presidente de la conservadora Unión Demócrata Independiente (UDI), Jovino Novoa, dijo que espera que el gobierno de Bachelet cumpla las expectativas.

“Creo que por el bien de Chile hay que desearle lo mejor al nuevo gobierno y como oposición vamos a contribuir desde nuestra postura para que ella lo consiga”, indicó el parlamentario.

Lagos: gracias por todo
VALPARAÍSO, Chile, (AFP) –
Ovaciones y muestras de agradecimiento recibió este sábado en las calles de Valparaíso el ex presidente chileno Ricardo Lagos, al retirarse del Congreso Nacional donde entregó la banda tricolor que simboliza el poder a su sucesora, Michelle Bachelet.

Convertido nuevamente en el “ciudadano Lagos”, el ex mandatario socialista que goza de una popularidad sin precedentes tras seis años de gobierno, abordó junto a su esposa Luisa Durán el asiento trasero de su automóvil particular Peugeot 406, verde oscuro.

El automóvil cruzó frente a las tropas apostadas ante el Congreso en Valparaíso, 110 km al oeste de Santiago, tal como lo había hecho media hora antes cuando llegaba a entregar el poder. Sin embargo, esta vez no hubo honores militares para el ciudadano.

Lagos, que encarnó el retorno de la izquierda al gobierno tres décadas después del derrocamiento del presidente socialista Salvador Allende, no lograba contener la emoción cuando una multitud coreaba: “¡Gracias por todo!” y “¡Vuelva el 2010”.

El ex presidente, que saltó a la fama en 1988 cuando fue el primer político chileno que fustigó por la televisión chilena al entonces dictador Augusto Pinochet (1973-1988), ya es mencionado como un posible candidato para volver a la presidencia en 2010.

Su gobierno comenzó el 11 de marzo de 2000 en medio de una crisis económica que levantó dudas sobre los éxitos del llamado “milagro chileno” y fue sacudido poco después por un escándalo de corrupción que involucró al Ministerio de Obras Públicas, del que Lagos fue titular durante el período del presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle (1994-2000).

Esas circunstancias llevaron a la derecha opositora a considerar que era posible volver al Palacio de La Moneda en 2006, para recuperar el poder que ejerció cuando apoyó a la dictadura de Pinochet.

Pero esas expectativas se desvanecieron, cuando Bachelet ganó la elección presidencial no sólo por su carisma y popularidad, sino porque pertenecía a la misma coalición de centroizquierda de Lagos, cuya figura contaba con más de 70% de aprobación en las encuestas.

Este sábado, bajo un cielo despejado de uno de los últimos días del verano (austral), Lagos llegó el edificio del Congreso Nacional en su automóvil oficial, un convertible Ford, escoltado por una compañía de lanceros de la Caballería del Ejército.

Debía cumplir con un “rito de la democracia”, como él lo llamó: entregar el mando a Bachelet, a quien él mismo hizo famosa al nombrarla en 2000 como ministra de Salud y luego como titular de Defensa.

Lagos recibió entonces, por última vez, honores militares de los cadetes de las Fuerzas Armadas y de la policía de Carabineros, entre quienes se incluía a numerosas mujeres como muestra de los nuevos tiempos que vive Chile.

En los últimos instantes de su gestión como mandatario, ingresó exactamente al mediodía local (15H00 GMT) a un atiborrado Salón de Plenarios del Congreso chileno, donde observaban la escena numerosos invitados extranjeros, entre ellos el presidente boliviano Evo Morales, el mandatario venezolano Hugo Chávez y la secretaria de Estado norteamericana Condoleezza Rice.

Varios minutos tardó en comenzar la ceremonia por la ovación que los dignatarios invitados y centenares de políticos y legisladores chilenos brindaron al presidente saliente.

Lagos, abogado y economista que la semana pasada cumplió 68 años, no podía ocultar la emoción mientras escuchaba los aplausos. Tras desprenderse de la banda tricolor y entregarla al presidente del Senado, el también ex mandatario Eduardo Frei, Lagos impuso la piocha presidencial a Bachelet.

Luego abandonó el Salón y la ovación se repitió.

Y cuando su antiguo Peugeot avanzó por las calles de la ciudad, volvió a escuchar los gritos que insistían en pedirle: “¡Vuelva el 2010!”

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