Líderes unen manos por «gran Europa»

Líderes unen manos por «gran Europa»

PARIS (AFP) – Los dirigentes español, francés y alemán tendieron una mano amiga hacia el presidente ruso, Vladimir Putin, el viernes en París con vistas a construir una mayor cooperación política y económica pese a cuestiones que todavía separan a estas dos partes del mundo como Chechenia, Irán o China.

   Tras hora y media de reunión, Putin, el presidente francés, Jacques Chirac, el jefe del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero y el canciller alemán, Gerhard Schroeder, dieron muestra de una armonía y un entendimiento inéditos.

   Era la primera reunión de los cuatro líderes en solitario y los temas de discusión fueron variados: el conflicto israelo-palestino, Irak, la situación de Ucrania, la crisis libanesa, el programa nuclear iraní, la venta de armas a China y la Constitución europea, entre otros.

   En primer lugar, los cuatro dirigentes ultimaron la preparación de la cumbre Unión Europea (UE)-Rusia que se celebrará el 10 de mayo en Moscú y en la que se pretenden fijar objetivos concretos para el acercamiento de las dos regiones.

   «Vemos en la relación entre Europa y Rusia la clave de la instauración de la paz, la democracia y el estado de derecho en el continente. Queremos construir juntos una comunión de destinos», declaró Chirac a la prensa tras el encuentro.

   En esta cumbre de Moscú, los mandatarios desean avanzar en la libre circulación de personas, la cooperación económica, el respeto a los derechos humanos, el fortalecimiento de la cooperación entre universidades y otras instituciones científicas y culturales y la acción conjunta por la paz internacional.

   Hablando de una «gran Europa», Putin subrayó que Rusia cuenta con sus «compañeros» para alcanzar sus objetivos económicos y políticos.

   «Queremos una asociación duradera con Europa. Nos gustaría vivir en un continente próspero y sin divisiones», aseguró el mandatario.

   Con esta reunión, los líderes europeos quisieron cerrar el capítulo de desentendimiento y crispación en las relaciones bilaterales de los últimos tiempos.

   En el encuentro se tocaron de soslayo las cuestiones más espinosas como Chechenia -donde la semana pasada fue asesinado el presidente separatista Aslan Masjadov-, el respeto a los derechos humanos, la libertad de prensa o la injerencia rusa en Ucrania.

   Los dirigentes europeos no quisieron imitar al mandatario estadounidense, George W. Bush, quien criticó recientemente las debilidades democráticas de Rusia.

   Al contrario, Schroeder prefirió subrayar que la cooperación entre Rusia y Europa ya funciona perfectamente en el ámbito energético o incluso en la Hoja de Ruta, plan de paz internacional para el conflicto israelo-palestino.

   «Una Europa abierta y en cooperación con Rusia es mejor para todos los europeos y mejor para los ciudadanos del mundo», resumió Zapatero.

   Sobre Irán y su polémico programa nuclear, los dirigentes subrayaron que los esfuerzos coordinados de Europa para impedir que Irán fabrique el arma atómica, y los acuerdos entre Moscú y Teherán sobre energía nuclear civil «no se contradicen».

   «Irán debe demostrar que no está intentando dotarse del arma atómica», garantizó Putin, cuyo país firmó acuerdos con Teherán para entrega de combustible ruso a centrales nucleares iraníes.

   Según los europeos, son acuerdos seguros que garantizan que Irán no podrá enriquecer su uranio y además «nadie puede negar a un país el derecho a poseer energía nuclear con fines pacíficos».

   «Por eso no hay contradicción entre Rusia y Europa», hizo hincapié el canciller alemán.

   Washington sospecha que Irán desea dotarse del arma atómica y presiona a Rusia para que ponga fin a su cooperación con Teherán.

   Además, los dirigentes conversaron del fin del embargo de la venta de armas a China, idea defendida por Europa pero que no despierta el entusiasmo ruso.

   «Sinceramente, vendemos muchas armas a China. Cuantos menos competidores tengamos, mejor para nosotros», bromeó Putin, afirmando acto seguido que no habría ningún problema en llegar a un acuerdo con sus socios europeos para trabajar juntos en aquel mercado.

   Los cuatro dirigentes pusieron fin a su encuentro con una cena de trabajo en el palacio de Elíseo de París. La próxima cita de los cuatro quedó marcada para el 10 de mayo en la cumbre de Moscú.

 

 

 

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