Liga Dominicana Contra el Cáncer

Liga Dominicana Contra el Cáncer

Una década habíamos agotado al frente del departamento de Patología y Citología del Instituto de Oncología “Dr. Heriberto Pieter”, cuando el 31 de enero de 2012 escribimos para este diario lo siguiente: “Un día 16 de febrero 2002 fui designado como encargado del departamento de Patología del Instituto Oncológico Dr. Heriberto Pieter. A partir de ese día he sentido la enorme satisfacción, privilegio y oportunidad de servir a los miles y miles de pacientes cancerosos que acuden a dicho centro en busca de alivio y cura para tan serio y temible padecimiento. He sido testigo permanente de ese enjambre de hombres y mujeres que las 24 horas del día y los siete días de la semana aportan sus esfuerzos para atender a los necesitados. La obra iniciada en la primera mitad del siglo XX por el Dr. Pieter y un abnegado voluntariado ha traspasado la frontera del siglo y se proyecta en el siglo XXI con la sagrada y bella misión de: <<Contribuir de manera eficaz y efectiva en la reducción de la incidencia y mortalidad por cáncer, así como mejorar la calidad de vida de nuestras personas usuarias, con ética, responsabilidad, humanismo y un elevado nivel científico>>.
El 14 de febrero de 2016 fui invitado por la Escuela Nacional de Oncología de la Liga Dominicana Contra el Cáncer, al acto de graduación de los médicos residentes de oncología, promoción 2014-2016. En dicho evento se hizo de público conocimiento la creación de tres nuevas residencias en oncología, ellas son: Radioterapia Oncológica, Pediatría Oncológica y Patología Oncológica. De este modo, la Liga Dominicana Contra el Cáncer presidida por la Sra. Julia M. Guerra de Oller, conjuntamente con el Dr. José Ramírez, director médico del Instituto, y el Dr. Rogelio Prestol, jefe de la Escuela Nacional de Oncología, ensancha su cartera de servicio. El país contará con más y mejores recursos humanos calificados, los cuales se irán diseminando por toda la geografía nacional.
Al leer el programa del acto de graduación nos encontramos con la agradable sorpresa de que el Dr. Ramírez entregaría una placa de reconocimiento a la colega patóloga y especialista en Inmunohistoquímica, Dra. María Pedemonte, quien ha venido dando su decidido e incondicional apoyo al servicio de patología del hospital. Las palabras, tanto del incumbente, como las de la homenajeada, fueron sencillamente conmovedoras. En ese momento me vino a la mente la inolvidable frase de José Martí: “Honrar honra”.
Lejos estaba de imaginar que quien suscribe también sería reconocido en ese solemne evento. La Dra. Rosa H. Vassallo, subdirectora del hospital, tuvo halagadoras y sentidas expresiones que me inundaron de emoción y gratitud. Ahí ratifiqué la creencia de que vale la pena vivir y reforcé mi fe en lo dicho por la Madre Teresa de Calcuta: <<Quien no vive para servir, no sirve para vivir>>
Consciente estoy de que vivo el otoño de mi vida, y de que a éste le sucederá un frío invierno. Para ello, he venido recogiendo la mejor leña por el camino. Ella será la que arderá para seguir alumbrando a nuestro pueblo. Los recursos humanos que contribuimos a diseñar y preparar serán el epílogo de una humilde hoja de servicio. Cierro a dúo con la inolvidable Violeta Parra: <<Gracias a la vida, que me ha dado tanto>>

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