Lilís y Leonel Fernández

Lilís y Leonel Fernández

POR ARTURO MARTÍNEZ MOYA
La historia no se repite, los errores de gobernantes son los que guardan similitudes en la historia. La historia es para tenerla de referencia lo que aparentemente no capta el Presidente Fernández.

Desde que fue juramentado como Presidente de la República por primera vez el 1ro. de septiembre de 1882, a decir de Luperón por los méritos acumulados en favor de su partido y de la República, Ulises (Lilís) Heureaux comenzó a comprar dirigentes de los rojos, el partido contrario, y éstos como buenos oportunistas le fijaron la idea de que era el líder de los azules, por lo que debía ser el que dominara el partido y definiera la candidatura presidencial, lo que logró usando los recursos del poder. Dentro del PLD parece que es el caso del Dr. Fernández.

Lilís nombró en cargos públicos a opositores que traicionaron su partido, familia y amigos, como Manuel María Gautier en Relaciones Exteriores y Wenceslao Figuereo en Interior y Policía para sólo citar dos ejemplos; el Presidente Fernández anda por el mismo camino, usa los impuestos para comprar dirigentes Reformistas y Perredeístas desesperados con la intención de mantenerse en el poder cuatro años más.

En 1887 Lilís se asoció a Generoso de Marchena y lo comisionó para que viajara a Europa a gestionar empréstitos para pagar gastos corrientes y para mantener la clientela política,  entra al escenario financiero dominicano la Compañía Westendorp de Amsterdam, Holanda, y se inicia la costumbre de hipotecar los ingresos de aduanas.

En mayo del 2006 el Presidente Fernández otorga poder al Ing. Félix Bautista, Director de la Oficina de Ingenieros de Obras del Estado, para que emita deuda pública y firme 19 pagarés por US$6,842,105 cada uno, por un total de US$130 millones, sin la aprobación del Congreso Nacional. Dos actuaciones que rayan en la ilegalidad, la de Lilís con Generoso de Marchena y la del Dr. Fernández con Félix Bautista.

Con elecciones fraudulentas Lilís llegó al poder y se mantuvo comprando dirigentes y encarcelando opositores; emulando alguno de los procedimientos de  Lilís el Dr. Fernández quiere un tercer período, la diferencia es que de frente tiene a un pueblo que conoce sus métodos y que no se deja chantajear.

Lilís, con su incapacidad para dirigir las cosas públicas, no sólo provocó que los norteamericanos controlaran las finanzas públicas a través de la San Domingo Improvement Company, propiedad de un Secretario de Estado y de otros funcionarios del gobierno norteamericano, con su conocida voracidad que no tenía límites intentó un protectorado con los Estados Unidos a través del arrendamiento de Samaná.

Para el Presidente Fernández, su equipo de gobierno y el PLD, es un orgullo hablar del FMI y del control financiero ejercido en el país desde que están en el poder, para nada les da vergüenza que el Organismo sea el que disponga en el país lo que debe hacer y lo que no en materia financiera y en cuanto a la aprobación de leyes a través de un Congreso que controla el oficialismo.  Por eso nada propio pueden presentar al electorado.

Lilís en 1891 publicó declaraciones negando estar negociando un Tratado de Reciprocidad con los norteamericanos para liberar de impuestos productos norteamericanos que se importaban, lo hizo después que Francia, Italia y Holanda, destinos de nuestros productos agrícolas de exportación, se dieron cuenta de las negociaciones secretas.

 El Presidente Fernández, a pesar de los pagarés firmados y negociados en el exterior y de otras evidencias escritas, quiere negar haber negociado y obtenido sin la aprobación del Congreso Nacional un préstamo por US$130 millones de dólares.  Teme a la reacción del FMI que puede sentirse burlada, también a la resistencia de un pueblo que está cansado de las mentiras.

Lilís, con intereses entremezclados con los de la San Domingo Improvement, decía que podía endeudarse porque después de todo él no sería el que pagaría, le dejó a la Nación una deuda de US$40.3 millones, incluyendo US$17.7 millones por bonos pendientes, ó lo que es lo mismo, bonos emitidos a escondida por los que el Estado Dominicano no había recibido un sólo centavo a pesar de estar en manos de inversionistas en europa. Si se toma en cuenta que los ingresos anuales del gobierno para la época oscilaban entre US$2 y US$4.5 millones, dependiendo de la situación política, se entiende la gravedad de la situación financiera que dejó Lilís.

Yo no puedo decir que sea el pensamiento del Presidente Fernández, pero es altamente preocupante que la deuda pública total, que la recibió con un balance de US$10,100 millones (incluyendo los pasivos del Banco Central) en agosto del 2004 a mayo del 2007 fuera de US$17 mil millones, sin incluir los US$130 millones que ahora se descubren, deuda esta última comparable con los bonos pendientes de Lilís.

El país carece de la  estructura productiva (agrícola, industrial, minera, hoteles) para pagar semejante nivel de deuda frente a un aumento del tipo de interés en el mercado internacional; es cierto que ahora ocurre lo contrario, el interés está bajando en el mercado internacional, pero la situación puede cambiar en cualquier momento.

Es cierto, los dominicanos no querían a Lilís en 1892, si se juramentó por cuarta vez como Presidente fue por la coacción sobre los votantes; su salida del poder pudo haber evitado el caos financiero que arruinó la economía a finales del siglo XIX y que provocó la intervención militar de 1916.

Como en aquella ocasión, ahora los dominicanos tampoco quieren al Dr. Leonel Fernández por tercera vez en el Palacio Nacional, entre otras cosas porque sus excesivos endeudamientos no presagian nada bueno para las finanzas de los dominicanos.

Es la razón por la que el 16 de agosto del 2008 se juramentará Miguel Vargas Maldonado como Presidente de la República.

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