Lilís y Trujillo disecados

Lilís y Trujillo disecados

SERGIO SARITA VALDEZ
Con sobradas razones alguien se atrevió a sentenciar que los pueblos que desconocen su historia se ven condenados a repetirla. Para quienes absorbimos el néctar de la escolaridad elemental e intermedia en las postrimerías de la férrea dictadura de Trujillo, nos queda el recuerdo amargo de un estilo educativo memorista, en donde se hacía énfasis en recordar fechas y secuencias de acontecimientos de nuestra vida republicana.

 Las preguntas giraban alrededor de saber cuándo nació y murió fulano, así como recitar las fechas en que subió y descendió del solio presidencial. Había cero razonamientos acerca de las condicionantes sociales y económicas que dieron la oportunidad a improvisados actores para jugar su rol en el drama de la política vernácula.

Entre 1990 y 1991 un cirujano amigo, el doctor Luis Tomás Oviedo se empeñó en utilizar su diestra mano de artista para disecar, liberando de maraña y enredadera, las esencias que motivaron el surgimiento, desarrollo y caída de las dictaduras de Ulises Heureaux, alias Lilís, y de Trujillo, respectivamente. Sintetizar y condensar, sin sacrificar la compresión, medio siglo de historia es una hazaña insólita. Eso y nada menos es lo que ha logrado el autor con su opúsculo de 71 páginas titulado Lilís & Trujillo, 2 Dictaduras para Escolares. Como soporte de lo acertado de nuestra apreciación transcribo el epílogo a la dictadura de Lilís:

«La enseñanza que he querido dejar contando esta historia de Lilís es la de ver cómo un hombre de extracción humilde alcanza las más altas posiciones en la sociedad y, en vez de gobernar en bien de todos los dominicanos y principalmente de los humildes como él, usa el poder del Estado para beneficio de unos pocos y para su propio beneficio. También cómo ese afán de lucro y poder lo llevó a ejercer una de las más crueles y represivas dictaduras, sin detenerse ante nada. Sus malas ejecutorias en el ejercicio del poder produjeron una grave crisis económica, social y política, que al final dejó a Lilís sin base de apoyo social, sin poder y sin vida».

Como todo analista científico, Oviedo enuncia sin envolturas su propósito fundamental al contar la Era de Trujillo, en un inconfundible formato quirúrgico y de escritor. Admite Luis Tomás: «He tratado de que la información que te ofrezco acerca de la dictadura de Trujillo sea fácil de entender, pues siempre me ha preocupado que los niños y jóvenes de nuestro país ignoren quién fue ese tirano. No es obra imparcial, pues no se puede ser imparcial ante tanta barbarie sin faltar a los principios éticos que deben siempre guiarnos».

Ojalá nuestras autoridades educativas se animen a evaluar este importante aporte cultural y contemplen la posibilidad de incorporarlo al arsenal bibliográfico correspondiente al capítulo de historia del pensum educativo. A los amantes de la lectura realista les garantizo que si abren este breviario no lo van a soltar hasta deglutir la última página.

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