Lilliam Fondeur reclama al Estado preservar derechos de la mujer

Lilliam Fondeur reclama al Estado preservar derechos de la mujer

“Mientras haya una mujer que muera por problemas asociados a su salud reproductiva, y mientras haya una adolescente embarazada o un embarazo no deseado por falta de información adecuada o de un método anticonceptivo, no se podrá hablar de un ejercicio pleno de derechos, por más discursos hermosos que se pronuncien en los foros”.

Esto fue expuesto por la gineco-obstetra y activista social Lilliam Fondeur en el Simposio Internacional sobre Humanización y Morbi Mortalidad Materno-Infantil, efectuado en el hotel Meliá con los auspicios del Despacho de la Primera Dama.

Fondeur, quien tuvo a su cargo el tema “Derechos de la mujer en materia reproductiva”, planteó que tampoco se podrá hablar de ejercicio pleno de derechos mientras existan mujeres que no tengan la plataforma adecuada para probar sus propios caminos de libertad individual.

“Nuestra democracia es cuestionable, pues existen impedimentos para la información y para proteger la vida de gran parte de la población, especialmente de las mujeres pobres”.

 “Es una vergüenza que ya avanzado el siglo 21 y con los alardes de modernidad que hacemos mueran cientos de mujeres por causas evitables”, dijo.

Tras señalar que se ha demostrado que las políticas oficiales de educación sexual pueden ser una  solución importante frente a muchos de los problemas que se registran en el ámbito de la salud sexual y reproductiva, la doctora Fondeur dijo que “La educación sexual no solo forma a las y los jóvenes para actuar correctamente en ciertos momentos decisivos de su vida, sino también que forma a los jóvenes para la libertad”.

Evitar un embarazo a temprana edad es defender la propia vida. Informar a las niñas y adolescentes cómo funciona sus sistema reproductor, cuáles son sus días fértiles, cómo evitar los embarazos no deseados, las enfermedades de transmisión sexual y sus complicaciones para la fertilidad, es defender el derecho a la salud y a la vida.

 “Nuestro sistema de educación no habla de la cintura para abajo; si acaso, nombra los órganos reproductores para difundir terror, como amenaza, política que ha mostrado su ineficacia, pues inculcar el miedo no funciona, pues  los jóvenes van a tener relaciones cuando lo decidan y no van a preguntarle a la madre ni al padre. ¿Acaso nosotros les preguntamos?”.

Precisa que en República Dominicana, donde los derechos reproductivos son una falacia, donde el aborto es penalizado y donde no hay educación sexual, las mujeres mueren en números abrumadores. Por el contrario, en países donde se reconocen los derechos humanos, dentro de ellos los sexuales y reproductiva, la mortalidad materna es menor’’.

Fondeur insiste en que el Estado es el que tiene la responsabilidad primaria de crear las condiciones para que la información en temas de reproducción sea una realidad, pues debe formar profesionales en temas de educación sexual y reproductiva, que a su vez formen hombres y mujeres libres de vivir su sexualidad sin sentimientos de culpa y con responsabilidad.

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