Limitaciones Papa suscitan inquietud

Limitaciones Papa suscitan inquietud

CIUDAD DEL VATICANO (AFP).- El ritmo de vida que los médicos imponen a Juan Pablo II, que deberá reducir sus actividades para poder seguir guiando la Iglesia, suscita una serie de incertidumbres entre los católicos.

El Papa fue anticipadamente dado de alta el domingo del hospital Gemelli y sus médicos esperan que cumpla una serie de tratamientos para superar su convalecencia en los aposentos apostólicos.

«Creo que está contento de estar en el Vaticano porque es su casa y porque de alguna manera reanudará sus labores. Juan Pablo II sigue evangelizando con el silencio y el sufrimiento», declaró el obispo español Cipriano Calderón.

Numerosos médicos interrogados el lunes por los diarios italianos criticaron la pronta salida del Papa y temen que sufra nuevas recaídas.

«La era de las audiencias se acabó. Le aconsejo que descanse mucho y que hable lo menos posible», declaró a la prensa el profesor Corrado Manni, ex anestesista del Pontífice en seis operaciones y una de las personas que más lo conoce como paciente.

No se conoce cómo se desarrollará la audiencia general de los miércoles, que será la primera cita pública con los fieles desde su regreso al Vaticano el domingo último.

El Papa fue sometido a una traqueotomía el pasado 24 de febrero debido a las graves crisis respiratorias que padecía, por lo que los médicos decidieron colocarle una cánula en la tráquea para ayudarle a respirar.

El tubo le garantiza la llegada de aire en caso de que se repitan los episodios de asfixia, pero también constituye una vía directa para atrapar peligrosas infecciones pulmonares.

Por ese motivo, el Papa debe limitar sus contactos con demasiado público.

«La cánula puede ser retirada cuando el paciente no necesita asistencia respiratoria. De lo contrario sería imprudente», explicó el lunes el doctor Giancarlo Cianfrone al diario Il Corriere della Sera.

Todos los médicos y expertos coinciden en decir que el Papa deberá reducir sus actividades y permanecer en un ambiente protegido, lo que resulta poco compatible con su papel de jefe de la Iglesia Católica.

Un grupo de médicos y enfermeras del Gemelli lo cuida día y noche.

En el Palacio Apostólico se preparó una habitación especial con los equipos necesarios para asistirlo en caso de urgencia.

Pero todos saben que el Papa es un paciente especial, que escucha a los médicos, pero que toma personalmente las decisiones sobre lo que quiere hacer.

Con su regreso del domingo a la Santa Sede, trasmitida en directo por la televisión, el Vaticano quiso mostrar indirectamente que el Papa está en condiciones de liderar la Iglesia pese a sus problemas de salud.

Juan Pablo II ya puede hablar y, tras una terapia de rehabilitación, empezó a pronunciar algunas palabras con voz clara.

El domingo, por primera vez, dirigió unas palabras en público a los fieles que se congregaron en el hospital Gemelli y habló en polaco a sus compatriotas.

Pero la cánula le impide pronunciar largos discursos.

Del mismo modo, la enfermedad de Parkinson -que padece desde una decena de años-, le ha reducido la funcionalidad de la laringe y gradualmente afectará la de los pulmones.

El Papa se dirige cada vez más a los fieles a través de las imágenes que transmite en directo la televisión y no se descarta que esa técnica sea empleada cada vez con mayor frecuencia de ahora en adelante.

Durante las celebraciones de Semana Santa se podrá saber cómo el Papa entiende participar y asistir a las ceremonias de la liturgia más importante de la Iglesia Católica.

El Papa está lúcido y puede seguir guiando la Iglesia, según la opinión de todos los cardenales que se han acercado al hospital.

«El Santo Padre tiene todas sus facultades mentales y puede hablar sobre las cosas más importantes», aseguró el cardenal alemán Joseph Ratzinger, uno de los purpurados más influyentes de la Curia romana.

Juan Pablo II, que en mayo cumplirá 85 años, siempre ha rechazado la idea de renunciar a su cargo por sus problemas médicos y ha dicho en numerosas ocasiones que seguirá en el trono de Pedro hasta que Dios lo convoca.

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