Limitaciones postulatorias

Limitaciones postulatorias

Sonó el timbre del teléfono. Alguien identificado como primo de Hilícito de Jagua Gorda prorrumpió al otro lado. “Deseo tener una cita con usted, me pidió. Mi primo ya tiene quién le escriba. Yo, en cambio, estoy como el coronel Aureliano Buendía”. En el instante de tomar la llamada me hallaba ocupado. De manera que, casi sin pensarlo, pedí que llamase a Federico. Imperativo me reclamó atención.

-¡Escúcheme sin mojigangas! ¡No admito jugarretas ni actitudes elusivas! Mi primo ya tiene quién le escriba. ¡Yo necesito me presten atención en la prensa dominicana! Llamé al tal Federico del que usted me habla y me dijo que con uno de la familia tenía bastante. Pero déjeme decirle con propiedad: Hilícito y yo somos casi enemigos, puesto que somos primos terceros. La madre de él y mi papá eran primos segundos. De manera que ¡alguien tiene que oírme!

Confieso que permanecí mudo durante brevísimo instante. Varios segundos después de escuchar aquella atronadora monserga intenté explicarle quién era Federico.

-¡Yo también soy un intelectual de fuste! ¡De manera que semos lo mismo él y yo! argumentó.

Eran evidentes mis dificultades. No se trataba de una inoportuna llamada  bancaria en un sosegado domingo, intentando enredar a uno con otra tarjeta de crédito. Mi interlocutor se preparó para no ser interrumpido. De manera que modifiqué tono y tratamiento.

-Buenooo.. estoy trabajando, pero lo escucharé. ¿Quién me habla?

-Mi nombre es Opinio Profuso Pérez. Lo llamo porque deseo se publique una propuesta dirigida a los partidos políticos. ¿Es cierto que están impidiendo a los precandidatos con tachas en sus conductas que puedan ser postulados. ¿Quién tacha las tachas? ¿Y qué me dice de las tachas cerebrales y de formación personal?

-No le entiendo…

-¡Usted me entiende bien, porque canto más claro que un gallo! Lo que ocurre es que no le da la gana de entenderme. A lo mejor usted es defensor de los candidatos que son analfabetos funcionales y apenas balbucean palabras que no pueden escribir. ¿Por qué no propone que también la inapropiada o incompleta formación educativa sea impedimento para postularse? ¿No se atreve?

Era tiempo de sacar la pelota de mi cancha.

-Escúcheme Opinio. Opino que su propuesta es lógica y atendible. No trato empero de esos temas en mis escritos. Háblese con Hilícito que es buen amigo de Federico. No me cabe la menor duda que su primo convencerá a Federico para que difunda profusamente su proposición…

¡Cerró intempestivamente! Tengo la impresión de que se enojó, porque ¿por qué no esperó que terminara mi explicación? Bueno, ¿qué más da? ¡Que opine Opinio!

Publicaciones Relacionadas