La fuerte postura de Noel Valette de no permitir que sus tres últimos retoños: Rosio, Yubia y Linda (procreó 14 hijos) fueran a estudiar fuera de Sabana Grande de Palenque, San Cristóbal, logró ser finalmente tambaleada porque llegado el tiempo propicio ellas lograron alzar el vuelo.
Este les decía constantemente que “de irse a Santo Domingo, pueden olvidarse de que tienen un papá”, pero a sus más de 75 años, quizás lo que realmente le aterraba a don Noel era ver el nido vacío.
Aquí inicia la historia de Linda Cristal Valette, la exitosa y reconocida especialista en el sector financiero en las áreas de negocios, estrategia, liderazgo directivo y finanzas, quien confiesa a “Rostros” que su gran conquista en el mundo empresarial tuvo que ver con la intervención de Noel (hijo), su hermano mayor de parte de padre, quien logró vulnerar la fuerte personalidad del patriarca.
“Noel se propuso convencer a nuestro padre para que nos permitiera, a mis hermanas y a mí, realizar una carrera universitaria en la capital” comenta Linda, quien tenía apenas 15 años cuando llegó a la ciudad a estudiar y trabajar.
Su madre Ercilia Aracena, a la que describe como dulce y humilde, quería también lo mejor para sus hijas, aunque esto significara salir de aquella comunidad rodeada por una hermosa y concurrida playa. “Mami fue mi impulso para hacer una carrera universitaria, y querer ayudar a los demás”, pues la recuerda como una mujer atenta con los demás.
Linda se siente agradecida por su larga trayectoria de éxito, veinte años de experiencia en posiciones de alto nivel de responsabilidad en el mundo de los negocios, siendo reconocida por tres años consecutivos por la revista Forbes como una de las veinte mujeres más poderosas del país. La Revista Mercado la catalogó como “Revelación Empresarial” y se alzó con el premio FEM Emprende RD. Además, en su haber cuenta ser incluida entre los cien CEO más destacados de Latinoamérica y formar parte de diversas asociaciones empresariales, convirtiéndose así en un modelo de superación y orgullo dominicano.
“Esto me sirve de impulso para seguir adelante y los demás puedan ver que cuando se quiere se puede, a pesar de tener muchas veces los vientos en contra”.
Capacidad y destreza a temprana edad. De su niñez recuerda haber vivido en una edificación de dos plantas en Sabana Grande de Palenque, donde en el primer nivel su padre tenía un negocio de ferretería.
Allí, ella y sus hermanas fueron apodadas por los vecinos como “las niñas del palomar” por el poco contacto que Noel les permitía con el vecindario.
Más, desde ese palomar, Linda fue capaz de hacer volar su imaginación. “Era introvertida. Me encantaba escribir y hacía historias en mi cabeza, las cuales se desarrollaban en algún lugar inhóspito y lejano”. Linda había escrito siete novelas, contando con tan solo siete años.
Gracias a la dedicación a la lectura, la apasionaba, “Venía entrenando mis capacidades para liderar, crear, comprender situaciones complejas, conocer la naturaleza humana y fundamentar la toma de decisiones en valores éticos”.
Don Noel, -cuenta- les enseñaba todo cuanto pudiera sobre los negocios. Les animaba a leer y a debatir lo que estudiaban y leían.
“Recuerdo que me instó a darle seguimiento a los debates políticos de George Bush y Michael Dukakis, pasados candidatos a la presidencia de los Estados Unidos, lo que me animó a escribir – con solo 11 años- varias cartas de “consejos” al futuro presidente”.
¡Y la Casa Blanca contestó su última correspondencia! Fueron unas líneas de cortesía protocolar, pero para Linda, la niña más feliz del mundo, fue un acto significativo que le invitó a querer llegar más lejos.
A los 14 años había concluido el bachillerato, y a los 15 años fue admitida en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) con disfrute de media beca, donde se graduó de Administración de Empresas. Posee además un Máster en Alta Gerencia de Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC) y una especialización en Banca y en Mercadeo Internacional de Boston University, Massachussets.
Una empleada de 14 años. La vida profesional de Linda, comienza precisamente a esta edad. Con tanta juventud, pero a la vez con un virtuoso talento, fue contratada como recepcionista en la Zona Franca de San Cristóbal, lo que ahora se conoce como Corporación de Fomento Industrial. El sueldo le ayudaba a pagar sus estudios.
Su entrada a lo que sería su vida en los negocios fue en la empresa de courrier Express Parcel Service (EPS), donde fue secretaria del departamento de Ventas, para luego ascender como ejecutiva de ventas. “EPS fue mi primera escuela de negocios. Allí me hice una excelente profesional de ventas”. Más tarde ocupó el cargo de gerente de Ventas Internacional por su buen dominio del idioma inglés. “No creo que alcanzara los 20 años”, recuerda.
Las oportunidades seguían presentándose para ella. Tiempo después, Linda asume sus experiencias en ventas en el Citibank, considerando este la mejor escuela de banqueros del país. Aquí tuvo un crecimiento significativo escalando posiciones de mayor responsabilidad y en el desempeño conoció diversos países.
La talentosa ejecutiva seguía hacia la cúspide, escalando posiciones importantes a través de otras reconocidas entidades financieras del país, alcanzando puestos como vicepresidenta, hasta llegar a ser la primera mujer presidenta de un banco internacional de servicios múltiples.
Sobre su recorrido profesional dice: “Ha sido un camino lleno de logros, pero también de grandes retos, pero ciertamente si estos últimos no existieran, ¿qué sentido tendría la vida? Me he visto en la necesidad de cambiar mi mentalidad, pues hacen falta grandes dosis de humildad y de coraje para empezar de nuevo. La reinvención ha sido necesaria y ha venido unida a un gran crecimiento interior”.
Sus hijas, su motivación. Como dos regalos de Dios define la llegada a su vida de sus hijas Crystal Marie Ginebra (14 años) y Helen Ginebra (7 años) fruto de su primer matrimonio. De ellas asegura son su motivación para seguir, sus cómplices, a las cuales se empeña en dedicar tiempo y esmero para compartir con ellas. “Mis hijas son mis razones. Cada una con sus características, que las hace ser tan especiales, le agradezco a Dios cada día por tanto”.
En el terreno del amor, Linda cuenta que está comprometida con Ronald Vidal “¡un ser humano noble, excepcional! Es una relación que ha madurado y fortalecido con el tiempo”.
Legado. Con todas las experiencias aprendidas, Linda procura dejar un legado. “Si con tu ejemplo ayudas a que algunas personas puedan ser mejores personas, mejores profesionales, entiendo que has cumplido un reto de liderazgo”.
Le encanta Myles Monroe y lleva esta reflexión como motivación de vida: “Si todo lo que has hecho muere contigo, entonces eres un fracaso”. Añade que “es por esto que los verdaderos líderes no invierten en edificios. Invierten en personas. ¿Por qué? Porque el éxito sin sucesor es fracaso”.
Para aportar al bien de la sociedad, esta mujer de voluntad de acero creó el Centro de Capacitación Financiera y de Negocios (Cecafi) enfocado en el emprendimiento y en reforzar las habilidades técnicas y profesionales de los participantes, así como capacitaciones necesarias para la mujer profesional.
Linda anhela que en el país se pueda materializar un sistema educativo actualizado, así como mayor formación y apoyo al personal docente.
Desea un apoyo al sector pyme, para que llegue a ser un modelo mundial de fomento al emprendimiento y a la pequeña y mediana empresa sin que existan tantas trabas para el desarrollo.
Y aunque considera que es alta la participación de la mujer dominicana en la economía, aspira a iniciativas que puedan mejorar la equidad de género, desde la educación, la inclusión laboral, el aumento de la productividad y el acompañamiento para la gestión emocional y profesional de la mujer en todos los ámbitos de su vida, desde joven hasta su edad adulta.