PARÍS, EFE. Karl Lagerfeld dio al Chanel del próximo otoño invierno un nuevo matiz, con propuestas ni “unisexo” y menos aún “andróginas”, pero capaces de vestir con la misma chaqueta de “tweed” o el mismo pantalón de franela a hombres y mujeres.

O, mejor dicho, a “chicos” y chicas, según una de las ideas básicas de la colección, presentada en el Carrousel del Louvre sobre una pasarela de asfalto plastificado.

Ciertos hombres –debería decir chicos– pueden llevar estos elementos como llevan tantas prendas hoy que no conocen ya la antigua frontera entre hombre y mujer en este dominio”, explicó el modisto para completar su habitual selección de fotos.

Chanel no hace aquí una colección de hombre. Se trata de una propuesta de corte más recto, perfecta para las chicas que presentan la colección”, recalcó.

La idea gustó y su colección entera también, en la que más allá de los trajes y conjuntos para todos, brillaron por su belleza vestidos ultra vaporosos y femeninos, adornados con cinturones en la cadera, verdaderos collares tan historiados y tan Chanel como la avalancha de perlas portadas sobre el pecho.

“Coco se inspiró mucho en la indumentaria de los hombres (…) y Chanel propone hoy solamente una versión destinada a acentuar la fragilidad y la fuerza de la mujer moderna”, matizó Lagerfeld.

Aquel descubrimiento esencial de Mademoiselle Coco, fundadora de la firma, encontró entre otras ilustraciones la del modelo “Little Lord”, creado con un pantalón de satén negro sobre blusa de muselina blanca, cerrada en un lazo y adornada con otra catarata de perlas.