Puerto Plata. La amenaza de desalojo de parte de la familia Echavarría contra campesinos que fueron beneficiados por un reparto agrario que en Luperón llevó a cabo hace 26 años el gobierno de Salvador Jorge Blanco, podría conducir a una tragedia.
La sucesión reclama la devolución de las tierras, las cuales alega les fueron confiscadas por Jorge Blanco para asentar a grupos de parceleros pero que nunca nos pagaron lo que por documento y ley nos pertenece.
La familia Echavarría ha notificado por sentencia a los ocupantes de los terrenos que en un plazo prudente serán desalojados.
Sin embargo, en respuesta, ayer se produjo una marcha-viacrucis encabezada por el párroco de Luperón, Nelson Núñez Cruz.
En esa marcha los campesinos pidieron que se evite la acción que quiere llevar a cabo la familia Echavarría porque de lo contrario la sangre correrá por los contenes.
Posteriormente se produjo un encuentro entre los representantes de la familia Echavarría, autoridades del municipio, líderes campesinos y el abogado del Estado, José Augusto Alejo, con el propósito de buscar una salida negociada al conflicto.
Mientras, José Peralta, uno de los parceleros narró que están preparados con escopetas calibre 12 y que realizan ejercicios de barriga para hacer los disparos que sean necesarios para evitar que les quiten los terrenos.
Unas 700 familias ocupan los predios y advierten que bajo ninguna circunstancias permitirán que los saquen, porque los Echavarría no muestran títulos.
La marcha, además, fue encabezada por el presidente de la Federación de Parceleros de la Sabana de Luperón, Rafael Vásquez; el subsecretario de Agricultura, Danilo Morrobel; el síndico, Mario Martínez Morobel y el presidente de la Asociación de Comerciantes, Juan Tatis.