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El gasto social del país debe ser elevado, pero también distribuido en las áreas que tengan mayor impacto en la población de escasos recursos, expresó Magdalena Lizardo, directora de la Unidad Asesora de Análisis Económico y Social del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo.
La funcionaria analizó las perspectivas del informe Política social: capacidades y derechos, elaborado por la Oficina de Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo.
En ese contexto planteó que una de las dificultades que ha tenido el gasto social del país es que ha sido impactado por las crisis económicas, al margen de que es uno de los más bajos de América Latina.
El desarrollo humano necesita abordar problemas económicos y sociales, así como la estabilidad macroeconómica porque es necesaria para evitar que las crisis económicas atrasen las políticas sociales que benefician a los sectores más vulnerables.
Al explicar que en el país no es nuevo el planteamiento de que el gasto social ha sido bajo, dijo que en los últimos años se ha tratado de aumentar.
Lizardo precisó que antes de 2003 -cuando se produjo la crisis bancaria por la quiebra fraudulenta de Baninter y Bancrédito- la inversión social representó el 7 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), y que a partir de la crisis global de 2008 bajó a un 8% del PIB.
Recuperar eso toma mucho tiempo, destacó la funcionaria, que asistió al encuentro del Grupo de Comunicaciones Corripio en compañía de Miguel Ceara-Hatton, Rosa Cañete y Laura Cárdenas, del PNUD, y Antonio Morillo, del Ministerio de Economía.
Debemos crear un andamiaje que nos permita ir avanzando en los subsidios dirigidos hacia la educación y la salud, porque eso nos permitirá ayudar a las personas de menos ingresos a salir de la pobreza.
La frase
Magdalena Lizardo
La Estrategia Nacional de Desarrollo 2010-2030 identifica una serie de prioridades, entre ellas elevar la calidad educativa a todos los niveles, aumentar la cobertura a nivel pre- escolar, la necesidad de ampliar la educación secundaria, garantizar la universalidad de la seguridad social, y que la población pobre se incorpore a mejores servicios.
