Lizbeth Santos asegura que creció en una familia sin tabúes

Lizbeth Santos asegura que  creció en una  familia sin tabúes

La comunicadora Lizbeth Santos asegura que desde pequeña los temas sexuales y preferencias de género “los respeta”, porque sus padres le enseñaron que las personas no se deben identificar por etiquetas ni categorías.
“Yo crecí en una familia de divorciados. Viví una parte de mi niñez con mis abuelos, mi padre y otra con mi mamá. No eran personas con prejuicios y los temas se trataban sin tabúes”, asegura la también modelo.
Añade que su familia siempre fue muy abierta en todo el sentido, sin prejuicios hacia los demás.
“Yo nunca escuché a mis padres hablar de la homosexualidad o el lesbianismo como un insulto o como algo malo, ni señalando a una persona por su preferencia sexual de una manera despectiva”, indica.
Por esa razón, Lizbeth, sin problema alguno, acepta personajes que hablen sobre la sexualidad abiertamente, como en el caso de la obra teatral que protagoniza, “Los monólogos de la vagina”, que se exhibirá el 9 de noviembre en el Bar Juan Lockward del Teatro Nacional.
En esta pieza la actriz interpreta dos personajes que reflejan detalles sobre el órgano sexual reproductivo de la mujer, la vagina.
En uno caracteriza a una mujer con varias experiencias sexuales, que odiaba su vagina y no la aceptaba, pero a raíz de una buena relación amorosa cambia la perspectiva y empieza a sentirse bella, importante y especial, y en la otra encarna a una abuela.
Esta obra, dirigida por Indiana Brito bajo la producción de Juancito Rodríguez, también es protagonizada por Hony Estrella, Carolina Feliz, Isaura Taveras y Yorlla Castillo y estará dedicada a la trayectoria artística del experimentado director, actor y teatrista Manuel Chapuseaux.
Eligieron realizar la pieza en noviembre porque es el mes dedicado a la “No violencia Contra la Mujer”.
Esta obra fue estrenada en Nueva York en 1996 en inglés. Su autora, Eve Ensler, escribió el texto después de entrevistar a unas doscientas mujeres para conocer sus historias, sus distintas visiones sobre el sexo, la discriminación, las relaciones amorosas o la violencia doméstica.
Con respecto al abuso hacia la mujer, Lizbeth piensa que se debe crear conciencia iniciando en las escuelas y en el hogar. Agrega que hay que respetar a todo ser vivo, especialmente a niños, envejecientes, pero también a animales y la naturaleza…

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