QUITO (EFE).- Mijail Gorbachov, ex presidente de la desaparecida Unión Soviética, recomendó ayer a Estados Unidos que haga su propia «perestroika» (reforma) si quiere ser un líder mundial aceptado y reconocido por la comunidad internacional.

«En su día dije, y lo mantengo, que la invasión estadounidense de Irak fue un error, porque se hizo en contra de la opinión de la inmensa mayoría de los miembros de la comunidad internacional», indicó Gorbachov, quien se encuentra por primera vez en Ecuador para participar de un seminario titulado «Success 2004: las claves del éxito».

Destacó que «el argumento central» para invadir Irak «fue que mejoraría la seguridad mundial y la situación en Oriente Medio, pero la realidad es que todo se complicó y se ha vuelto más peligroso, y eso sin contar con el daño que se ha infringido a los principios de la legalidad internacional».

Gorbachov, que recibió el Premio Nobel de la Paz en 1990, opinó que «una mayoría de países aceptaría un liderazgo de Estados Unidos, pero basado en el poder de persuasión y en la capacidad de asumir riesgos, y no en la política de los golpes preventivos, porque nadie desea que haya una potencia hegemónica que sea el gendarme mundial».

«Actualmente -insistió- Estados Unidos no trabaja como socio de otros países, ni tampoco en favor de un nuevo orden mundial estable justo y humano, sustentado en los principios democráticos entre naciones y en el respeto estricto de los derechos humanos».

En su conferencia, bosquejó un panorama internacional lleno de desafíos que -según dijo- «requerirán una nueva generación de líderes capaces de obtener el apoyo activo de la mayoría de las personas y de estimular las tendencias positivas».

Sobre la globalización, Gorbachov opinó que «en la década de los años noventa ese concepto se entendió de forma equivocada y el resultado fue que las empresas y los países ricos salieron aún más beneficiados, mientras las naciones en vías de desarrollo quedaron estancadas».

«Eso no puede seguir así, y la idea de libre comercio sin limitaciones -puntualizó- debe ser reemplazada por la de desarrollo sustentable, cuidado del medio ambiente y reparto de la riqueza, pues es un hecho que el terrorismo y la inestabilidad política y social se alimentan de la pobreza».

Gorbachov indicó que, precisamente, a causa de la globalización «los grandes problemas de la humanidad están interconectados unos con otros, y así por ejemplo vemos que la situación en Oriente Medio se vuelve cada vez más peligrosa, pero puede complicarse aún más a causa de la falta de agua dulce».

«Debemos anticiparnos a un escenario probable en el cual los próximos veinte años estén marcados por catástrofes ecológicas que limiten los recursos naturales, y que puedan desatarse conflictos militares entre países por bienes básicos como el agua y alimentos», señaló.

Agregó que en un reciente congreso de «politólogos» al que asistió en Québec, Canadá, «muchos expertos avisaron del peligro de que el siglo XXI vea el rebrote de tendencias políticas y sociales de corte autoritario, incluso en los países más avanzados».

Después de recordar que sólo la tercera parte de la humanidad vive en buenas condiciones, Gorbachov dijo que el presente siglo plantea tres grandes desafíos.

«El primero es el de la seguridad y la lucha contra el terrorismo. El segundo, la pobreza y el atraso causados por la injusta distribución de la riqueza, y el tercero consiste en (evitar) la degradación global del medio ambiente».

Sobre la reciente ampliación de la Unión Europea a 25 miembros, Gorbachov dijo que confía en que «Europa llegue a ser una locomotora mundial y un socio de otras potencias como Estados Unidos y China».

Acerca de América Latina opinó que «tiene magníficas oportunidades para desarrollar la democracia, incluso más que Rusia, pero para ello sus sociedades deben combatir decididamente la burocracia y la corrupción».