WASHINGTON. AP. Los gobiernos latinoamericanos deberían aplicar más políticas preventivas a largo plazo y menos medidas reactivas a corto plazo ante el crimen, ya que éstas generan violaciones recurrentes de derechos humanos, dijo ayer  la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. 

“La respuesta tradicional de los gobiernos es simple y rápida: de mano dura, y consiste en el abuso de detenciones preventivas, la reducción de la edad (mínima para ser juzgado como adulto) con impunidad, la construcción de más cárceles, la participación de las fuerzas armadas y el uso de seguridad privada”, dijo el secretario ejecutivo de la CIDH, Santiago Cantón, al presentar un informe sobre el tema.

“Pero la prioridad número uno de los gobiernos deberían ser las políticas preventivas, que deben formularse con la participación de todas las áreas del gobierno y no sólo del sector judicial, deben ser sustentables en el tiempo e incluir a los gobiernos locales y a los actores de la sociedad civil”, agregó.

Cantón dijo que si bien el reporte incluye prácticas positivas, “no existe en la región un país con una política preventiva integral”, pese a que la inseguridad desplazó a los temas económicos como la principal preocupación del continente. América latina muestra una de las tasas de homicidios más elevadas del planeta. 

El integrante de la CIDH Paulo Sergio Pinheiro explicó que uno de los grandes obstáculos para proteger mejor los derechos humanos “no son los ejecutivos, sino los parlamentos, que están presionados para dar respuestas, pero las respuestas improvisadas no son las mejores.

Hay una sensación de emergencia, pero necesitas recordar que en democracia, la tortura y la detención sin cumplimiento del debido proceso no se permiten”.

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Los menores

El comisionado destacó que uno de los aspectos más preocupantes es la violación a los derechos de los menores de edad.  “El objetivo principal no debe ser la detención de más jóvenes criminales”, dijo. “Los sistemas judiciales deben esforzarse para no aumentar la población en retenes juveniles y ser más creativos con medidas que prevengan la comisión de más delitos”.  “La relación de la policía con los menores es compleja. La policía se fija en ellos, los tortura y los ejecuta”, agregó el comisionado.