Llama resolver crisis en la región

Llama resolver crisis en la región

RIO DE JANEIRO (AFP).- El Grupo de Rio volvió a sus orígenes como mecanismo de concertación política al culminar este viernes su XVIII Cumbre presidencial, con llamados a solucionar las crisis en la región (Haití, Ecuador, Nicaragua y Costa Rica) y reclamos para que el FMI sea más flexible.

   Haití es el gran protagonista de la declaración final de la XVIII Cumbre del G-Rio y el tema que centró los debates, pero también otras crisis regionales centraron la atención: Ecuador, Nicaragua, Costa Rica y hasta la Organización de Estados Americanos (OEA), tras la renuncia del secretario general Miguel Angel Rodríguez acusado de corrupción en Costa Rica.

   «Lo más importante es que el Grupo de Rio nació (en 1986 a partir del Grupo de Contadora) para resolver temas muy concretos de democracia en Centroamérica  y ahora por primera vez hay una presencia importante (de latinoamericanos que comandan la fuerza de paz de la ONU) en Haití, es decir, Latinoamérica se da cuenta de que tenemos que ser capaces de resolver los temas que están en nuestra región», destacó el presidente chileno, Ricardo Lagos.

   La declaración final es un compromiso en favor de «la paz y la reconstrucción de la economía de la sociedad en Haití» y también para «la estabilización política y la reconciliación de la sociedad haitiana».

   Otras crisis en la región concentraron la atención de los presidentes.

   El G-Rio se comprometió a crear un mecanismo para facilitar el diálogo en Ecuador, a pedido del presidente Lucio Gutiérrez, y también dio apoyo expreso al presidente de Nicaragua, Enrique Bolaños. Ambos presidentes, amenazados de destitución en el Congreso, no asistieron a la Cumbre por crisis internas.

   Respecto a Costa Rica, donde dos ex presidentes (Rafael Calderón y el ex secretario general de la OEA, Miguel Angel Rodríguez) son investigados por corrupción, los presidentes latinoamericanos apoyaron los «esfuerzos» del gobierno «para investigar, hasta las últimas consecuencias, y reprimir vigorosamente todo acto de corrupción».

   Respecto a Bolivia, que atravesó una fuerte convulsión el pasado año, apoyaron el proceso de diálogo con la sociedad y la convocatoria de una asamblea constituyente.

   La declaración final de los presidentes latinoamericanos también hace una breve referencia a la OEA, tras la salida de Rodríguez acusado de corrupción, al llamar a «elegir, cuanto antes, al nuevo secretario general».

   Los presidentes latinoamericanos le hicieron además un directo y punzante reclamo al Fondo Monetario Internacional (FMI): que dé «un tratamiento más flexible a la contabilización del gasto en inversión con el fin de tener más espacio fiscal para el gasto social, proyectos y programas en la lucha contra el hambre» en la región.

   Las reuniones se iniciaron justo tras las elecciones estadounidenses, que merecieron breves comentarios, como el del presidente Hugo Chávez, que llamó al presidente George W. Bush a «reflexionar» y a «que cambie su política de agresión hacia el mundo». O el peruano Alejandro Toledo que le pidió «mirar más hacia el Sur».

   Las reuniones paralelas sirvieron para oficializar el lanzamiento de la que será la Comunidad Sudamericana de Naciones (el 9 de diciembre en Cusco, Perú), un acuerdo de integración formal entre los dos principales bloques regionales: la Comunidad Andina (Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela) y el Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), y que agrupará a 361 millones de personas y un PIB de 800.000 millones de dólares.

   Por cuestiones de agenda, y con algunas ausencias importantes como la del futuro presidente del Grupo, el argentino Nestor Kirchner, la Cumbre se cerró sin ceremonias, y tampoco hubo rueda de prensa con los presidentes. Las próximas cumbres se celebrarán en 2005 en Argentina y en 2006 en Guyana.

   El G-Rio es el único mecanismo de consultas políticas exclusivamente latinoamericano, creado en 1986, con la fusión del Grupo de Contadora (México, Colombia, Venezuela y Panamá) y el Grupo de Apoyo (Argentina, Brasil, Uruguay y Perú), que buscaban soluciones a las crisis políticas en América Central.

   Lo integran Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Guyana (en representación de la Comunidad del Caribe, CARICOM), Honduras, México, Nicaragua, Paraguay, Panamá, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela.

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