LA HABANA  (AFP) – Una multitud delirante vitoreó ayer al presidente venezolano, Hugo Chávez, en su primera visita a la oriental ciudad de Santiago de Cuba, cuna de la revolución cubana y donde fue recibido como el «hijo» del convaleciente líder Fidel Castro.

 Acompañado del presidente provisional de Cuba, Raúl Castro, Chávez recorrió a bordo de un jeep militar las calles abarrotadas de Santiago, 900 km al sureste de La Habana, durante su visita a sitios históricos, emblemáticos de la revolución.  En esa ciudad, segunda del país, el presidente venezolano visitó el cuartel Moncada, segunda fortaleza militar en 1953, asaltado fallidamente por un centenar de hombres bajo el mando de Fidel Castro, inicio de la revolución que triunfó en 1959.  También la Granja Siboney -donde se prepararon los combatientes y rindió tributo al héroe nacional José Martí, y a Frank País, compañero de armas de Castro en la lucha contra la dictadura de Fulgencio Batista (1952-58), en el Cementerio Santa Ifigenia.

 «Uno pudiera decir que los autores intelectuales de la revolución bolivariana son Bolívar y Martí», dijo emocionado el mandatario venezolano, frente a la tumba del héroe nacional.

 Santiago de Cuba, de medio millón de habitantes, se engalanó para dar el apoteósico recibimiento a Chávez. «Bienvenido, querido presidente», se leía en pancartas, entre miles de banderas cubanas y venezolanas que ondeaban en las calles.  «Lo recibimos como se merece este hombre grande, ese hermano, ese líder, con todo el respeto, con toda la emoción, con toda la satisfacción que sentimos porque es el hijo de Fidel», declaró una mujer, ante las cámaras, entre el bullicio de la gente.

 Muchos vistieron de camisas rojas, igual que el mandatario venezolano. «Estoy muy emocionada, es una unión más para nuestros países, gracias a Chávez por su forma de ser», expresó Luisa María de la Cruz, al paso de la caravana.

 «Es muy importante esta visita para estrechar los lazos entre nuestros países, quiero exhortar a los países de Latinoamérica para que se unan. ¡Viva Fidel!, ¡Viva Chávez!», gritó Magalys Barroso.

 Durante su recorrido, Chávez recibió varios obsequios como la bandera que cubrió la urna de bronce de José Martí.