NACIONES UNIDAS (EFE).- Varios países apoyaron ayer en la Asamblea General de la ONU la lucha contra el terrorismo, no con las armas, sino desde su raíz atacando la pobreza y facilitando los derechos de algunos pueblos a la autodeterminación.

   El primer ministro de Malasia, Abdullah Badawi, reafirmó ante los miembros de la ONU su convencimiento de que «la lucha contra el terrorismo no puede tener éxito sólo con la fuerza de las armas», sino que se necesita un «esfuerzo genuino y buena fe» para encararlo desde la raíz.

   Para el mandatario asiático, una de las causas más «obvias» del terrorismo es la frustración de algunos pueblos que luchan sin éxito por «la independencia, y que aspiran a contar con un estado soberano».

   En este sentido, Badawi instó a la comunidad internacional a promover un diálogo «sin prejuicios», y propuso a las Naciones Unidas que promueva la celebración de una conferencia internacional en la que se puedan analizar el terrorismo.

   Aunque no mencionó la causa palestina ni las ejecuciones extrajudiciales israelíes, el ministro explicó que en esta conferencia se podrían analizar las causas que originan este mal, así como el tema del terrorismo patrocinado por los Estados.

   El ministro de Exteriores de Siria, Faruk Al Chara, sí lo mencionó explícitamente al acusar a Israel de ser el elemento «desestabilizador» de Oriente Medio, con sus medidas de opresión del pueblo palestino y la acumulación de un arsenal nuclear.

   Denunció, además, que Israel está tratando de ocultar los asentamientos de colonos en tierras palestinas y la expansión del «racista» muro de la separación, como «actos de autodefensa», que la comunidad árabe rechaza en su totalidad.

   Siria, según explicó, está firmemente comprometida en la lucha contra el terrorismo internacional, si bien se mostró partidario, al igual que otros intervinientes, de que se combata desde las causas, y no solo en su manifestación.

   Su país, dijo, condena tanto el secuestro de civiles en Irak como el secuestro de niños en Beslán (Rusia), pero incluye también en su condena el terrorismo de Estado de Israel, que tiene como víctima al «pueblo palestino indefenso».

   Otro de los que intervino en la Asamblea fue el ministro de Asuntos Exteriores chino, Li Zhaoxing, para quien el terrorismo «es el enemigo común del mundo entero» y debe ser combatido «en todas sus manifestaciones».

   Ello requiere la cooperación internacional para atacarlo en todas sus facetas, tanto en su expresión como en las causas que lo originan.

   «Solo cuando las causas del terrorismo han sido erradicadas, los pueblos podrán vivir en paz y tranquilidad», dijo ante la Asamblea.

   El ministro chino hizo una defensa del progreso y el desarrollo económico para lograr la paz y la convivencia pacífica entre las naciones.

   «El mundo no puede tolerar más guerras y derramamiento de sangre. Por ello, debemos solventar nuestras diferencias de una manera pacífica, en el marco de las relaciones internacionales», dijo.

   El ministro de Exteriores de Jamaica, Keith Knight, también se refirió a la lucha contra el terrorismo, y la necesidad de abordarla desde otras perspectivas.

   «Lo que está claro es que la violencia y el uso de la fuerza no puede ser la respuesta. Debemos apoyar el multilateralismo e insistir en que las relaciones internacionales estén guiadas por el Estado de Derecho», agregó.

   En este sentido, tanto el ministro jamaicano como otros intervinientes defendieron el papel que la ONU desempeña en el panorama internacional, así como la necesidad de que se acometa la esperada reforma de la institución, que le permita ser más eficiente a la hora de afrontar los retos y amenazas mundiales.