GLENEAGLES (R. Unido) (EFE).- Los países emergentes emplazaron ayer al G8 de países ricos a cumplir sus compromisos ante la ONU de dedicar a ayuda al desarrollo al menos un 0,7 de su Producto Interior Bruto, objetivo que están aún muy lejos de cumplir.

En un comunicado con motivo de su reunión ayercon el G8, el llamado grupo de los cinco (Brasil, México, China, la India y Suráfrica) reclamó asimismo la eliminación de las barreras comerciales a «productos y servicios de interés» para los países en desarrollo.

Ello es esencial para «el desarrollo, la lucha contra la pobreza y la protección del medio ambiente», señalan los Cinco.

La comunidad internacional «necesita enviar una señal clara y positiva a la ronda de negociaciones de Doha en el sentido de que es esencial el éxito de la sexta reunión ministerial de la OMC», del próximo diciembre en Hong Kong.

El G5 exige una «sustancial reducción» de los apoyos internos al sector agrícola que distorsionan el comercio así como la eliminación de todo tipo de subsidios a la exportación.

Esa reclamación recibió hoy el apoyo de las ONG presentes en la cumbre escocesa como el Movimiento para el Desarrollo Mundial, que expresó su preocupación por que de Gleneages vuelvan a salir bonitas palabras sobre la agenda de Doha pero no una acción concreta destinada a cambiar la injusta política comercial.

Con relación al cambio climático, el segundo gran tema de la cumbre, el G5 señala que el cambio climático seguirá teniendo durante mucho tiempo aún «un impacto profundo» sobre las perspectivas de desarrollo de nuestras sociedades.

Los cinco países emergentes defienden el protocolo de Kioto sobre el cambio climático, del que dicen que «establece un régimen que trata de forma apropiada los aspectos económicos, sociales y medioambientales del desarrollo sostenible».

«Los países desarrollados, agregan, deberían asumir el liderazgo en la acción internacional para combatir el cambio climático cumpliendo plenamente sus obligaciones de reducir las emisiones (de CO2) y proporcionando financiación adicional además de la transferencia de tecnologías» más limpias a los países en desarrollo.

Los Cinco abogan por «un nuevo paradigma de cooperación internacional» que garantice que las tecnologías que tienen un impacto positivo en el cambio climático sean «accesibles y asequibles para los países en desarrollo».

Las ONG ecologistas como «Amigos de la Tierra» felicitaron, por su parte, a los líderes de los países emergentes por reclamar de los miembros del G8 que se adhieran al tratado de Kioto, lo que constituye una clara alusión a Estados Unidos, único país, tras la ratificación de Rusia, que se niega a adherirse a ese tratado.

«Los dirigentes de los grandes países en desarrollo han demostrado que sólo hay un líder mundial de entre los reunidos esta semana en Gleneagles que cree que el tratado de Kioto es el camino equivocado, y es el presidente (George W. Bush)», critica la citada organización.