Llanto y consternación deja hoy la muerte del presidente de la Federación Dominicana de Municipios (FEDOMU) y síndico de la provincia Santo Domingo Este, Juan de los Santos (Juancito).
La muerte del reconocido empresario y político por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), ha manchado de llanto, dolor y consternación a líderes y militantes, así como a toda la población dominicana.
De los Santos perdió la vida de tres impactos de bala provocados por un hombre que supuestamente era un exempleado y que se encontraba a la espera para sostener una conversación con el occiso.
En el hecho también perdió la vida un seguridad del funcionario al enfrentar a tiros al victimario, quien también se suicidó en la escena del crimen.
El secretario actual de la Liga Municipal Dominicana, Johnny Jones, reveló que al enterarse de la pérdida humana de su compañero de partido acudió para confirmar la noticia. Con rostro cabizbajo dijo… “Hechos como este no pueden pasar, es lamentable la pérdida”.
De su lado, el presidente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Miguel Vargas Maldonado dijo en su cuenta de Twitter @MiguelVargasM “Quiero expresar en mi nombre y en el de todo el PRD mi más sincero pésame y condena por el asesinato de Juan de los Santos en su despacho”
Domingo Contreras, miembro del partido morado se presentó a las instalaciones de Fedomu para solidarizarse. «Duele perder a una persona brillante, al tiempo que calificó de monstruoso lo sucedido. Contreras afirmó que espera que el hecho sea esclarecido».
Sucumbida en dolor, una señora de nombre Juana de la Rosa, y que trabajaba con el síndico desde hace varios años, no podía creerlo. “Me lo mataron, mi niño tan joven, estabas tan feliz anoche, vete en paz, me lo mató un desalmado”. Eran las palabras que solo emitía.
Sin embargo, Virgilio Cuevas, alcalde del municipio de Tamayo, lamentó lo sucedido y explicó que Juan de los Santos había concluido una reunión con los cabildos de distintos municipios, cuando este se dispuso a ir a su despacho para firmar unos cheques, espacio que fue aprovechado por el victimario para entrar a su oficina y dispararle sin medir palabras.