llave de la Trevi

llave de la Trevi

Ningún habitante de este país se espanta de los que nos gobiernan. Si voy a escribir sobre la llave de la Trevi es porque tiene que ver con la dictadura constitucional, no porque esté asombrado. 

Montados en la carroza de la macroeconomía, y en la de Félix Bautista, que todo hay que decirlo, el grupo gobernante ignora el futuro de los ciudadanos  y se ocupa de servirse con la cuchara grande.

El caso de Gloria Trevi, protagonizado por el gobierno capitalino,  división del Estado dominicano, es un ejemplo de autoritarismo. 

La señora de Jalisco, que tiene un historial sórdido de primera, sigue teniendo talento. Baila y canta deleitando a mucha gente. Es popular.  ¡Perfecto! Que paguen por verla. Que enciendan los sentidos con su voz y sus contorsiones. Cada persona tiene derecho de ir y ver a quien le dé la gana. Pero la nación no se merece que la pongan como ejemplo.

Gloria Trevi participó en uno de los casos de perversión, secuestro y violación de menores más espeluznantes de la historia criminal mexicana. Está en libertad por un tecnicismo legal, con olor a “mordida”. Los asesores del síndico le aconsejaron que le entregase orgulloso la llave de la ciudad. Y así lo hizo. Para el síndico y sus incondicionales, la ciudad, nuestra ciudad, es de quien a ellos les da la gana. De los contratistas tramposos, los constructores de gorilas y jirafas sobrevaloradas, los ingenieros de balnearios de aguas contaminadas; y ahora, de una abusadora y pervertidora de menores.

Insultaron a los capitaleños y a los mexicanos. La decencia, la moralidad y la educación cívica no les pasaron por el caletre. Lo tienen ofuscado por el dinero y los proyectos absurdos. 

Pero, unos regidores con criterio exigieron la revocación del homenaje. Ninguno, óigase bien, ninguno, de los concejales peledeístas quiso rectificar. Es que el ayuntamiento está regido por un solo hombre, un jefe, al que no se le puede hacer quedar mal.

A pesar de las instituciones, de las libertades y de las votaciones, las ideas y el interés de una persona rodeada de incondicionales prevalecen sobre los demás. Ahí están los casos recientes de Venezuela, Ecuador y Nicaragua.

Todos obedecen y callan. De no hacerlo, peligran sus cuotas de poder y sus cuantiosas rentas. La Trevi, Chichi Culo’e Bombillo o el estrangulador  de Boston, pueden hacer lo que les venga en gana. Siempre y cuando no se metan con el “líder”. 

¿A qué se debe, si no, el silencio absoluto y repulsivo de senadores, diputados, funcionarios y, sobre todo, del Lic. Danilo Medina, ante el escándalo más gigantesco de la historia republicana? ¿Quién ha levantado la voz reclamando justicia, o gritando indignado, ante la barbaridad que vuelve a colocarnos en los récords mundiales del subdesarrollo y la vagabundería?

No pueden. El  mago de la construcción es un hombre que se mueve en  los salones íntimos del poder, del partido y patrocina al candidato.  ¿No es esto  absolutismo?

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