Estamos solamente a cuatro días para que celebremos la Nochebuena y un día después es la Natividad de Nuestro Señor Jesucristo.
Si pasamos balance la Navidad no nos encuentra en nuestro mejor momento; la naturaleza ha sido drástica con algunas provincias del país que todavía viven en situación de emergencia a causa de las inundaciones provocadas por torrenciales aguaceros.
Miles de personas están todavía sin hogar; muchos de los frutos sembrados se han perdido por esa misma situación y los pronósticos son de escasez para los próximos meses. A eso se le añade que algunos puentes y carreteras han colapsado lo que dificulta la comunicación terrestre. Pero todavía se esperan más lluvias, por lo que las amenazas aún persisten.
En otro orden, la violencia doméstica ha cobrado decenas de vidas de mujeres a manos de sus parejas; los accidentes de tránsito no se han quedado atrás e incluso algunos de ellos han sido de grandes proporciones, debido, sobre todo, al manejo imprudente.
Y en términos sociales, las estadísticas nos colocan como un país con un buen crecimiento económico pero que no se refleja en nada en la mayoría de las personas e incluso muchos hemos empobrecido más, a los que se les agregan los números deficitarios en educación, salud, empleos, vivienda, seguridad ciudadana y otros renglones.
A nivel mundial, la cantidad de guerras, matanzas, refugiados y amenazas, nos presenta un panorama nada halagüeño para el futuro de la humanidad.
Sin embargo, aún en medio de este panorama, tiene que brillar la esperanza de un futuro mejor para nuestro país y el mundo. La estrella que guió a los Reyes Magos hacia el Niño Jesús debe llevarnos por mejores senderos.
La paz que vino a traer el recién nacido de Belén tiene que constituirse en el anhelo de los habitantes de este planeta.
Quiero que aprovechemos estas fiestas para hacer un alto en el camino, dar lo mejor de nosotros mismos en pos de una mejor convivencia y con eso poner un granito de arena a favor de un mejor futuro para el país y el mundo.
Qué así como nació en Belén, ¡que el Niño Jesús nazca en cada uno de nuestros corazones! ¡Feliz Navidad!