Llegan cientos desde PR a ritmo merengue

Llegan cientos desde PR a ritmo merengue

POR SORANGE BATISTA
La tranquilidad con que amaneció ayer el malecón de Santo Domingo y gran parte de la ciudad se rompía en  el puerto San Soucí con la llegada del Ferry, por donde cientos de dominicanos arribaron cargados de regalos y deseos de pasar la Navidad en su terruño.

 El barco, con 956 personas abordo,  atracó a las 7:30 de  la mañana en medio de la música y el alboroto de quienes esperaban impacientes la llegada de sus familiares.

“¡La ví, la ví, ahí viene”! exclamó visiblemente emocionada Ana Delia Hernández, al divisar entre los viajeros a su hija Luisa Elena Hernández a quien tenía cinco años sin ver.

Con esa misma emoción otros, como Filomena Rivas esperaba a su hija Raisa Ramírez para compartir con ella  los últimos días del año 2007.

“Estoy contentísima por ver a mi hija, mi niña que me hace tanta falta”, expresó.

Los maleteros del puerto no descansaban y se les veía presurosos cargar  de uno a otro lugar cajas y maletas.

Uno de ellos, que no quiso revelar su nombre dijo que había logrado una buena cantidad de dinero en propinas.

 Explicó que comenzó a cargar desde las 7:45 de la mañana y a las 11:30 no había parado.

En el parqueo frontal no faltó la música ni uno que otro ‘traguito’ de lo que quedó del Nochebuena, que ofrecerían a sus parientes los que esperaban.

  Mientras que en la salida del puerto la gente se confundía entre maletas, bultos y cajas, “hubo una mujer que trajo hasta una bañera”, se escuchó decir a uno de los agentes de seguridad que custodiaban.

   Los dominicanos ausentes y extranjeros que llegaron ayer, pasaron la Nochebuena en altamar rumbo  a suelo dominicano.

MALECON EN CALMA

A lo largo del malecón todo era tranquilidad y  silencio.

 Desde la avenida George Washington se podían observar a lo lejos una que otra persona pescando, escasas parejas contemplando el paisaje abordo de un coche o caminado en las aceras y algunos turistas ejercitándose.

La higiene era visible desde la avenida del Puerto hasta la autopista 30 de Mayo donde, alrededor de las 11:30 de la mañana, aún quedaba basura acumulada de las ventas de la pulga.

Ante la “falta de novedad”  los brigadistas de la Defensa Civil de la estación número 68 jugaban una partida de dominó, mientras discutían quién prepararía el moro de guandules con pollo ahumado que compartirían en el almuerzo.

Patricio Encarnación, encargado del puesto dijo que la Nochebuena en su área transcurrió en total calma, aunque tenía reportes de que en otros lugares no fue igual.

En tanto, el tránsito estaba totalmente despejado contrario a los últimos días de intensos entaponamientos.

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