Llegan las vacaciones y… ¡me aburro!

Llegan las vacaciones y… ¡me aburro!

Meses y meses esperando las vacaciones de verano y cuando llevan  pocas semanas parecen aburridos frente a los  juegos tecnológicos  o  a la televisión, sin saber muy bien qué hacer con tanto tiempo libre.

Algunos psicólogos defienden que hay que dejar que los niños tengan momentos de aburrimiento porque de esta forma desarrollan la creatividad y asimismo  desarrollen y perfiles sus propias inquietudes y aficiones.

En ese sentido, la psicóloga clínica infanto juvenil,  Roxana Ginnette González explica: “Durante las vacaciones, si está dentro de las posibilidad de los padres, estos pueden anotar a sus hijos en un campamento o en actividades extracurriculares que al niño le gusten. Si la situación económica, no lo permite se pueden hacer cosas como armar un rompecabezas en familia, poner al niño a crear cosas con objetos de la casa, reciclar, jugar con un amigo, algún juego de mesa,  jugar a ser una obra de teatro, un baile, crear música, ir al parque, crear una película”.

No obstante la psicóloga  aclara  que “el aburrimiento es un tema que, por un lado podría  implicar que el niño puede estar triste o enmascarando una depresión. Sin embargo, si no se trata de esto, el aburrimiento sirve para que el niño tenga que sacar su imaginación e inventar maneras de entretenerse. Esto puede hacer que este sea creativo”, dice.

Muchos niños se dedican a ver televisión todo el día, con relación a esto la especialista advierte que no es recomendable que  vean la “tele” todo el día. Pero aclara que tampoco es que sea mala, pues así como hay programas no adecuados para los niños, hay programas que son muy educativos. 

“Lo importante es buscar un punto medio,  el niño puede ver uno o dos programas y hacer otras cosas que involucre actividades donde se mueva y tenga actividad física. Esto es necesario pues el niño está en desarrollo constante, y necesita hacer actividades que vayan a favor de esto y ver televisión no aporta a este desarrollo”, advierte la  psicóloga.

 Lo tienen “todo” y aún se aburren.  Se podría pensar que los menores de está generación tienen todo para divertirse: iPad. computadoras, teléfonos inteligentes  o videojuegos, pero parece que todo esto no es suficiente para ellos. “Es que ese es el problema,  que lo tienen todo, pero estas son cosas superficiales”, dice la González.

  Así mismo explica que los mayores índices de suicidio, se dan en sociedades desarrolladas donde la vida de los niños está resuelta, donde ellos no tienen que luchar para salir adelante, todo ya está hecho para ellos.

“El niño se aburre pues le han enseñado a consumir y aunque tenga muchas cosas se aburre pues, rápidamente se cansa de lo que tiene y quiere más. En el fondo viene un problema de alimentación, pues no se llenan con la comida, va de una relación a otra, pues las relaciones no lo llenarán, y va de actividad en actividad”, comentó la experta en conducta infanto-juvenil.

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Alternativas

Durante las vacaciones o en los días en que los niños no tienen escuela ni otra actividad, lo mejor es que los padres busquen dedicar un tiempo exclusivamente a los hijos y si posible fuera de casa. Lejos de los escenarios y de las ‘claquetas’, y de las agendas.  Deben enseñar a los hijos que con el aburrimiento también se aprende, y que hay un tiempo para todo, incluso para no hacer nada. Además, que se puede transformar el aburrimiento en una carrera, jugando al aire libre con la arena de la playa o del parque, o incluso disfrazándose de príncipes y princesas, haciendo despertar su imaginación y creatividad.

El aburrimiento puede convertirse en una  idea en la cocina, lavando el carro, bañando al perro, y en otras muchas cosas sencillas como caminar de las manos, y hablar. En  todo caso, usted como padre debe saber que el famoso “me aburro” es una forma de llamar la atención, ya que en realidad los niños no tienen razones convincentes para aburrirse de verdad.

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