«Llegó la hora de la escuela»

«Llegó la hora de la escuela»

FERNANDO I. FERRÁN
Es difícil aceptarlo, pero la obsesión por el metro de Santo Domingo le está ganando la partida al sistema educativo nacional. En términos de atención pública, si no de recursos económicos y aval político. De no ser así, ¿cómo explicar que estemos discutiendo en todos los foros habidos y por haber la conveniencia del referido medio de transporte urbano, mientras se dejan en el olvido las razones por las cuáles el Presidente de la República afirmó el pasado 31 de enero, al dar inicio al Foro por la Excelencia Académica: «¡Despierta!, porque llegó la hora de la escuela»?

Es un secreto a voces que la educación, sólo ella, sirve de fundamento real y sostenible para el progreso de los individuos como personas humanas, para el crecimiento de las familias como núcleo axiológico, y para la superación del estado de pobreza y el desarrollo de las sociedades en el concierto global de las naciones.

Sin embargo, tal y como escribe el ingeniero Ramón Flores, «educarse bien y desarrollar sistemas educativos capaces de ofrecer a toda la población una educación básica de calidad son dos de las tareas más complejas que hoy enfrentan las personas y las sociedades». Y por eso la frase lapidaria, «la locura es mantener una escuela pública con presupuesto del orden de los US$250 por estudiante», en vivo contraste con los US$7,500 y US$10,000 promedio, en los países más desarrollados, e incluso los US$1,500 a US$5,000 promedio, en las colegios dominicanos.

Así pues, llegó la hora de la escuela, por fin, pero es imprescindible tener en cuenta que con aquel costo por estudiante el sistema educativo dominicano no tiene futuro.

Como reconociera el doctor Leonel Fernández, no tiene sentido establecer una educación gratuita y obligatoria hasta el décimo segundo curso cuando ni siquiera podemos cumplir con la obligación constitucional de ofrecer la enseñanza a nivel primario. La situación es tan crítica que al paso que vamos no lograremos, ni para el año 2015, que el 100% de los estudiantes que ingresan al primer curso termine la primaria.

Peor aún, la exclusión en el sistema educativo nacional es escalofriante. El 53% de la población está hoy día excluida del sistema educativo nacional y de la educación superior nada más y nada menos que el 76%.

Al carácter dramático de esas cifras hay que añadir otros aspectos desgarradores que, por motivos de espacio, sólo puedo enunciar a modo de carretilla: calidad de la educación dominicana; dominio de la lectura y del idioma, de las matemáticas, de las ciencias naturales y sociales, de la moral; relación de lo aprendido con la realidad nacional e internacional; formación de los docentes; desarrollo curricular y de las actividades extracurriculares; libros de texto, laboratorios y tecnología educativa; vinculación social de las comunidades y de los núcleos familiares a la escuela; y por supuesto, financiamiento del sistema.

Ante tal avalancha de temas problemáticos, no queda más que reiterar a tiempo y a destiempo que llegó la hora de la educación. Llegó, sí, siempre y cuando los discursos y las ejecutorias del Poder Ejecutivo no se hagan competencia entre sí. Se trata de evitar de una vez y por todas que se le vuelva a ganar la partida al futuro dominicano con grandes inversiones en megaproyectos, necesarios tal vez pero en ninguna instancia más prioritarios que la educación. O, ¿acaso son retóricas –por intrascendentes e inconsecuentes– estas palabras del presidente Fernández?:

«Y esto es esencial, porque si estamos hablando de que en República Dominicana actualmente existe una crisis económica y una crisis social, y una crisis de las instituciones políticas y una crisis moral, cuando discernimos sobre estos problemas, en última instancia lo que tenemos es un problema de tipo educativo. Por consiguiente; para plantearnos seriamente un proyecto nacional de desarrollo sostenible, en última instancia tenemos que prestar atención a lo esencial, a lo básico que garantiza todo lo demás, y eso es la educación en República Dominicana».

fferran1@yahoo.com

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