MARIEN ARISTY CAPITAN
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Ganar o perder. Para muchos se trató simplemente de eso: alcanzar la victoria o dejar la piel en el camino, con el dolor de haber alcanzado un lugar que, aunque apetecible en cualquier otra circunstancia, en este caso deja el sabor amargo de una vana medalla que no sirve para nada.

Unos y otros, sin embargo, deben detenerse a pensar en los próximos pasos que deben dar. Y es que, si bien es cierto que para el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) la derrota tiene matices de lección que deben aprender; para el de la Liberación Dominicana la situación puede ser tanto más delicada: con un gobierno que se reelige, tienen que luchar contra la obnubilación que precede al triunfo.

Con un gobierno menos popular que hace cuatro años, cuando obtuvieron más votos que esta vez, algo natural porque todos los gobiernos se desgastan, el presidente Leonel Fernández tiene un gran reto por delante. ¿El principal? Reinventar el aparato gubernamental, removiendo el gabinete y haciendo todos los cambios que estime de lugar, para dar el claro mensaje de que su próximo mandato será nuevo.

A pesar de que hay funcionarios que bien merecen la continuidad, hay otros que ya deben ser dejados atrás. Para nadie es un secreto que, con pocos logros que exhibir, hay carteras que requieren ser renovadas.

También lo precisan los partidos de la oposición. Jueguen con nuevas cartas, preparándose así para una nueva contienda y granjeándose la confianza del pueblo. Recuerden que, por aquello de la auto-protección, uno tiende a renegar de aquellos que una vez nos quedaron mal.