Las mayorías de los adultos no piensan en la jubilación, mucho menos la planifican, la gerencian o se preparan para cuando llegue poder continuar con nuevas propuestas de vida. Es de ahí que, cabe preguntar: ¿Llegó la jubilación y ahora qué? Qué hago con el tiempo libre, en qué me enfoco, dónde me refugio, qué no vuelvo a repetir, etc.
El desafío de las personas jubiladas descansa en varias direcciones: nueva ocupación, propósito de vida, salud mental, finanzas personales, cerrar el pasado, vivir el presente, flexibilidad cognitiva para trabajar el pude, el puedo y podré de forma adaptativa y funcional en la vida.
A los jubilados le queda menos de lo que han vivido, entonces, viajar ligero, vaciar la mochila emocional o limpiar el baúl de la vida, es una tarea pendiente.
Es inteligente trabajar la neuro plasticidad cerebral, para estimular el cerebro y evitar la atrofia cerebral: hacer ejercicios, leer mucho, escuchar música, bailar, viajar, abrazar, reír, tener amigos, amar y hacer el amor, aprender nuevas actividades, alejarse de personas y lugares tóxicos, tener espiritualidad, dejar ir lo que no se puede controlar, no asuma nuevas deudas, ni preste sus ahorros a hijos ni amigos.
En la jubilación hay que poner en práctica el autocuidado: cuide su autoestima, vista bien, sea higiénico, deje hábitos tóxicos, duerma bien, tome vitaminas, alimentarse bien, aprender a perdonarse y perdonar para fluir en la vida.
La trampa en la jubilación es, cuando se refugia en ambientes tóxicos y disfuncionales: juegos en casino, tertulia de tragos diarios, tabaquismo, soledad tóxica, aislamiento social, dogmatismo o sectarismo religioso o político, rigidez e inflexibilidad para conectar con la pareja, la familia y los amigos, etc.
La jubilación implica cambios y adaptación psicosocial, sociofamiliar y cultural; ejemplo, el impacto del divorcio en la jubilación, la separación de los hijos por la independencia lograda en lo económico o emocional, la viudez en la jubilación, la muerte de amigos o compañeros de trabajos, afrontar crisis financiera o falta de seguridad en la salud o lo social.
Cuando las personas jubiladas no cuidan su salud mental, no la priorizan o no hacen prevención con trastornos que les puede afectar en su vida, como son: insomnio, trastorno de ansiedad, depresión, trastorno psicosomático y adicciones etc.
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Sin embargo, la soledad en la jubilación y en adulto mayor, sigue siendo uno de los problemas de salud mental en el mundo. Hoy sabemos desde los estudios en neurociencia que la soledad afecta al cerebro, a la salud física y al bienestar social. Debido a poca estimulación cerebral, la poca neuro plasticidad en el cerebro de las personas que viven en soledad, o sea, pocos químicos en cerebro, disminución de hormonas, falta de empatía emocional, de reciprocidad, merecimiento, de altruismo y espíritu de voluntariado.
Literalmente, hay que prepararse para la jubilación, a usted lo han pensionado de su trabajo no de la vida, entonces, continúe con nuevos propósitos de vida, fluya, conecte de nuevo, tenga esperanza, voluntad y nuevas decisiones saludables.
Ser jubilado no es una categoría de derrota, de desahuciado de la vida, de espíritu pesimista y sentimiento de minusvalía; Es todo lo contrario, el jubilado ha tenido que acumular experiencia, ha desarrollado habilidades y destreza en la vida, de ahí que se puede y se debe seguir aportando conocimiento y sabiduría.