¡Llegó la jubilación! ¿Y ahora qué?

¡Llegó la jubilación! ¿Y ahora qué?

José Miguel Gómez

Las mayorías de los adultos no piensan en la jubilación, mucho menos la planifican, la gerencian o se preparan para cuando llegue poder continuar con nuevas propuestas de vida. Es de ahí que, cabe preguntar: ¿Llegó la jubilación y ahora qué? Qué hago con el tiempo libre, en qué me enfoco, dónde me refugio, qué no vuelvo a repetir, etc.

El desafío de las personas jubiladas descansa en varias direcciones: nueva ocupación, propósito de vida, salud mental, finanzas personales, cerrar el pasado, vivir el presente, flexibilidad cognitiva para trabajar el pude, el puedo y podré de forma adaptativa y funcional en la vida.

A los jubilados le queda menos de lo que han vivido, entonces, viajar ligero, vaciar la mochila emocional o limpiar el baúl de la vida, es una tarea pendiente.

Es inteligente trabajar la neuro plasticidad cerebral, para estimular el cerebro y evitar la atrofia cerebral: hacer ejercicios, leer mucho, escuchar música, bailar, viajar, abrazar, reír, tener amigos, amar y hacer el amor, aprender nuevas actividades, alejarse de personas y lugares tóxicos, tener espiritualidad, dejar ir lo que no se puede controlar, no asuma nuevas deudas, ni preste sus ahorros a hijos ni amigos.

En la jubilación hay que poner en práctica el autocuidado: cuide su autoestima, vista bien, sea higiénico, deje hábitos tóxicos, duerma bien, tome vitaminas, alimentarse bien, aprender a perdonarse y perdonar para fluir en la vida.

La trampa en la jubilación es, cuando se refugia en ambientes tóxicos y disfuncionales: juegos en casino, tertulia de tragos diarios, tabaquismo, soledad tóxica, aislamiento social, dogmatismo o sectarismo religioso o político, rigidez e inflexibilidad para conectar con la pareja, la familia y los amigos, etc.

La jubilación implica cambios y adaptación psicosocial, sociofamiliar y cultural; ejemplo, el impacto del divorcio en la jubilación, la separación de los hijos por la independencia lograda en lo económico o emocional, la viudez en la jubilación, la muerte de amigos o compañeros de trabajos, afrontar crisis financiera o falta de seguridad en la salud o lo social.

Cuando las personas jubiladas no cuidan su salud mental, no la priorizan o no hacen prevención con trastornos que les puede afectar en su vida, como son: insomnio, trastorno de ansiedad, depresión, trastorno psicosomático y adicciones etc.

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Sin embargo, la soledad en la jubilación y en adulto mayor, sigue siendo uno de los problemas de salud mental en el mundo. Hoy sabemos desde los estudios en neurociencia que la soledad afecta al cerebro, a la salud física y al bienestar social. Debido a poca estimulación cerebral, la poca neuro plasticidad en el cerebro de las personas que viven en soledad, o sea, pocos químicos en cerebro, disminución de hormonas, falta de empatía emocional, de reciprocidad, merecimiento, de altruismo y espíritu de voluntariado.

Literalmente, hay que prepararse para la jubilación, a usted lo han pensionado de su trabajo no de la vida, entonces, continúe con nuevos propósitos de vida, fluya, conecte de nuevo, tenga esperanza, voluntad y nuevas decisiones saludables.

Ser jubilado no es una categoría de derrota, de desahuciado de la vida, de espíritu pesimista y sentimiento de minusvalía; Es todo lo contrario, el jubilado ha tenido que acumular experiencia, ha desarrollado habilidades y destreza en la vida, de ahí que se puede y se debe seguir aportando conocimiento y sabiduría.