Llegó Navidad

Llegó Navidad

La comunidad cristiana se desborda en entusiasmo con la llegada del mes de diciembre. Por siglos viene celebrándose el nacimiento de Jesucristo, el Mesías que los profetas del viejo testamento anunciaban que vendría a salvar a todos cuantos clamaban por justicia y bienestar. Los festejos religiosos comprenden un abanico cultural en expansión que envuelve la música y el canto, la pintura, escultura, literatura; lo emocional, lo político y lo comercial.

Agnósticos y ateos resultan contagiados por el ambiente social alegre y bullanguero que condimenta la gran fiesta cristiana. La República Dominicana ubicada en el corazón del Archipiélago de las Antillas tiene un pueblo con influencia hispana y raíces afroantillanas con manifestaciones autóctonas, que le permiten hacer de las navidades una experiencia única y agradablemente inolvidable.

Ricos y pobres, blancos, mulatos y negros, hembras y varones, niños, adultos y ancianos, civiles y militares, todos los que habitamos este divino pedazo de tierra duartiana, mezclamos nuestros sueños y alegrías con las penas para luego cantar villancicos, bailar, saborear frutas, pasteles, licores y desearnos recíprocamente !Felices Pascuas!

Cada año debemos tender más hacia la moderación en el derroche natural de entusiasmo, tomando en consideración lo peligroso que resultan los extremos. La consigna de “Si tomas no manejes” hay que tenerla siempre en mente, así reducimos el número de tragedias en la temporada. Evitar los excesos en el comer y el beber garantizan una diversión completa desde el principio hasta el final.

Las armas son para protegerse y defenderse, jamás para ofender; en vez de sacar a relucir una pistola, exhiba una amplia sonrisa y acompáñela de un fuerte abrazo de amistad.

Tiempo de amores y no de rencores; sana conversación resaltando los valores positivos; aprovechemos el año nuevo para prometernos la corrección de las pequeñas fallas del viejo año que se va.

La vida es el mayor tesoro que acumula el planeta, en tanto que la salud es un atributo indispensable para su pleno disfrute, antes de que pasemos a engrosar el ejército de los muertos. Nadie se quiere morir y todos deseamos vivir con calidad. No es cierto aquello de que hemos venido al mundo a morar en un eterno valle de lágrimas. Reforcemos la creencia de que una sociedad sana es posible.

La estación invernal es propicia para refrescar la memoria con el mensaje bíblica del segundo mandamiento que ordena: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Digamos No al homicidio, repudiemos el suicidio y evitemos las muertes accidentales. Dispongamos de dos enormes envases navideños; llenemos una vasija de tolerancia y paciencia, y la otra, la de mayor capacidad, rebosémosla de amor sincero hacia los demás.

!Vivan los aguinaldos, las tertulias y las fiestas de diciembre! Se acerca la Navidad; preparémonos para gozar todos en paz y armonía, sin olvidarnos de que aún faltan mejores diciembres.

 

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