El “greenery” simboliza esperanza y nuevos comienzos. Es un color refrescante y revitalizante que evoca los primeros días de la primavera; por eso el es perfecto para rediseñar los espacios más especiales del hogar, a los que aportará energía y luz.
Es una gran opción para incluir en dormitorios y cocina, esos espacios en los que recargar las pilas desde primeras horas de la mañana. Además, en la sala y el comedor añade frescura y amplía espacios porque invita a pensar en lugares abiertos y nos pone en contacto con la naturaleza aunque estemos sumergidas en la vorágine de la ciudad.
Este color es el aliado cromático perfecto del estilo “rustic chic”, y combina con materiales como el cuero, la madera o la forja.
El dorado se ha adueñado de la decoración, y brilla aún con más fuerza al unirlo con el verde, que también forma un “matrimonio perfecto” con tonos neutros como el blanco, el arena o el gris para lograr un contraste muy urbanista y moderno, pero si prefieres un espacio hiperfemenino y muy romántico, los tonos pastel como el rosa cuarzo conjugan a las mil maravillas.