La noticia del domingo fue la carta del nefasto personaje de apellido Arrendel, en la que confesó no tener sustento para el seudo argumentario con el que implicaba a periodistas y activistas sociales como supuestos contratados por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), para fines tenebrosos.
Su confesión no logró que la Antigua Orden Dominicana, el grupúsculo de personas con notable enajenación, desconvocara la manifestación en contra de Participación Ciudadana, misma que además de carecer de impacto, recordó la necesidad de que las estructuras del Estado presten atención a esta organización con clara vocación paramilitar, que ha agredido a defensores de derechos humanos, incluso contando con resguardo policial y otras figuras militares.
Es evidente que para quienes no han hecho nada gratis en su vida, la idea de que profesionales de éxito se unan por algo más que conseguir dividendos materiales les resulte una locura. Por eso no entienden ese voluntariado, no lo hicieron y difícilmente lo harán, más no por falta de explicaciones de esta organización, sino por su cosmovisión y por lo que asumen de la palabra ‘política’.
PC, como le llamamos en la cotidianidad, nació para la defensa de la democracia a principio los 90’s del siglo pasado, en medio de una crisis electoral, y a lo largo de tres décadas y un poco más, se ha mantenido firme en la lucha contra la corrupción, a pesar de embates de gobiernos nefastos, partidos corruptos y de una cultura política clientelar y desigual.
Según la Encuesta de Cultura Democrática realizada por el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPYD) en 2024, “aunque la mayoría de la población dominicana prefiere la democracia a otros regímenes, el compromiso con los valores democráticos se ha debilitado en la última década”.
La encuesta especializada, precisa que de esto viene el aumento de la apatía hacia la democracia, especialmente entre las generaciones más jóvenes y las personas que no cursaron estudios universitarios.
Y ojo, más allá de la ignominia, quisiera referirme a quienes por desconocimiento se suman voluptuosamente a la campaña de infamia; prefiero no dedicar tiempo a los ‘malo coritas’ que, movidos por resentimientos, han a uno de los voluntariados más importantes del país.
Esos partidos que en los últimos 30 años no han escuchado al pueblo, y que solo la ciudadanía en las calles les ha parado, tienen rabia acumulada por décadas, motivadas por los llamados de atención de PC. No solo pienso en partidos como el PLD, PRD, PRSC, sino de muchas figuras políticas de estas y otras fuerzas vigentes, que fueron gigantes y desaparecieron o se disminuyeron, gracias a la conciencia ciudadana ejemplificada en las luchas promovidas por esta organización y otras de la sociedad civil.
Partidos corruptos, figuras inescrupulosas, han sido y serán afectados por entidades a las que no puedan manipular, al igual que esos sectores antiderechos, a quienes las ideas democráticas realmente les molestan. Participación Ciudadana continuará enfrentándoles, eso sí es una certeza.
Informes de proyectos y financieros, notas de prensa y auditorías cargadas todas en la web de PC, y publicadas por todos los medios de comunicación, siguen ahí disponibles, pero a los difamadores no les interesa indagar, con sembrar bulos y sañas les basta.
Eso sí, recuerden que en democracia no todo se vale. Por eso han sido y serán sacados del ruedo político, sólo piensen en quienes salieron de gobierno por malas administraciones, del Congreso por mediocres y de ayuntamientos por incompetentes, les entiendo el quille; y ojalá quienes, desde el gobierno, en silencio se ríen y se mofan en espacios internos o privados, tengan su barba en remojo. Sus discursos evidencian sus miopías políticas, y estoy seguro que habrán de enfrentarse a escrutinios a los que no sobrevivirán.
Pero la claridad ideológica da paz, y las convicciones nos fortalecen. Quienes sentimos compromiso real por el país, y actuamos desde el sentido de la dignidad humana y los derechos de todas las personas, continuaremos junto a PC.
A Bertolt Brech se le atribuye incorrectamente un discurso de múltiples adaptaciones titulado “Primero vinieron por…”, cuya real autoría corresponde al Martin Niemöller (1892-1984), un disidente nazi que tras el holocausto fue capaz de verse la paja en sus propios ojos.
Por ello, hoy vuelvo a pensarle desde un contexto igual de nauseabundo, y que requiere de la conmensura ciudadana, especialmente de quienes tengan la capacidad de levantar la mano y apuntar al sol, sabiendo que no van a taparlo con tan insignificante acción.
Ahora vinieron a por Altagracia Salazar, Huchi Lora, Marino Zapete, Edith Febles, Mariasela Álvarez y por Participación Ciudadana, pero su objetivo es simplemente debilitar la democracia para continuar creciendo gracias a contextos de desinformación.
Por suerte muchas y muchos estamos claros, y no nos van distraer. Estoy esperanzado en que la nueva Procuraduría General de la República pueda avanzar tanto, que siente un precedente importante para evitar que esa maleza continúe creciendo.