Lluvia dificultaba rescate en Japón, Fukushima seguía sin electricidad

Lluvia dificultaba rescate en Japón, Fukushima seguía sin electricidad

KITAKAMI, Japón, (AFP) – Las precipitaciones que caían este lunes en Japón dificultaban las operaciones de rescate y aumentaban los temores de la población a las lluvias radiactivas, al tiempo que los técnicos seguían trabajando para restablecer la electricidad en la central de Fukushima.  

El gobierno aseguró que los niveles de radiactividad presentes en la lluvia, el agua corriente o en algunos alimentos no presentan riesgos para la salud.  

Pero los habitantes de las provincias situadas al sur de la central de Fukushima, gravemente dañada por el sismo y el tsunami del 11 de marzo, siguen inquietos como consecuencia de los vientos desfavorables, que empujan hacia el sur las emisiones radiactivas de los reactores accidentados.  

En la costa pacífica del noreste, devastada por la doble catástrofe natural, los servicios de rescate seguían buscando supervivientes, pese a una intensa lluvia y a que la esperanza de encontrar personas con vida era escasa.  

El balance provisional es de más de 21.500 muertos y desaparecidos, entre ellos 8.649 decesos ya confirmados por la policía.  

«No podemos hacer volar a los helicópteros bajo la lluvia. Habíamos previsto continuar la búsqueda cerca de las costas, pero lo hemos tenido que anular hasta mañana como mínimo», explicó Kiyohiro Tokairin, responsable de la provincia de Miyagi, la más afectada por la catástrofe.  

Por la misma razón, el primer ministro Naoto Kan canceló una visita a la ciudad de Ishinomaki, donde el domingo, milagrosamente, fueron rescatados con vida una mujer de 80 años y su nieto de 16, tras haber pasado nueve días sepultados por los escombros.  

Kan debía viajar a las proximidades de la central nuclear Fukushima 1 para entrevistarse con el personal que desde hace más de una semana trabaja intensamente para controlar los seis reactores dañados por una serie de explosiones e incendios.  

Soldados y bomberos utilizaban de nuevo la mañana del lunes los cañones de agua con el fin de refrigerar los reactores y evitar emisiones de radiactividad a la atmósfera.  

Las operaciones se centran en el reactor 3, gravemente dañado por una explosión que destruyó el techo del edificio y expuesto al aire libre. Este reactor está cargado de combustible MOX, una mezcla de óxido de uranio y plutonio cuyas emisiones son particularmente nocivas.  

Los técnicos de la central siguen intentando restablecer el suministro eléctrico a los reactores, lo que permitiría poner en marcha los sistemas de refrigeración.  

El reactor 2 ya fue conectado a una línea de alta tensión, pero se están realizando verificaciones antes de conectarlo a la corriente.   Un responsable de la Agencia de Seguridad Nuclear anunció el lunes que la sala de control del reactor 2 podría funcionar en parte desde este lunes.  

El gobierno anunció que la planta de Fukushima cerrará. Según el diario Asahi Shimbun, la operadora privada Tokyo Electric Power (TEPCO) prevé que será necesaria una década antes de desmantelar por completo la central, debido a los altos niveles de radiactividad.  

Siete socorristas de Fukushima ya quedaron expuestos a niveles de radiación de 100 milisieverts, el umbral al partir del cual se considera que aumenta el riesgo de desarrollar un cáncer más tarde.  

En el agua corriente suministrada a una población ubicada a 40 km de la central se detectaron niveles de contaminación tres veces superiores al límite legal.   «No hay efectos inmediatos para la salud si se consume el agua temporalmente», declaró uno de los responsables del ministerio de Sanidad, Shogo Misawa. «Pero, por precaución, recomendamos a los habitantes del pueblo que se abstengan de beberla».  

Fuera de la zona de exclusión de 20 km alrededor de la central se detectaron también niveles de radiactividad elevados en leche, espinacas y otras verduras.  

Las autoridades han multiplicado los mensajes tranquilizadores y llamaron a los japoneses, muy preocupados por las cuestiones relacionadas con la calidad alimentaria, a mantener la calma.  

El Banco Mundial calcula que el terremoto y el posterior tsunami podrían costar a Japón 235.000 millones de dólares (165.000 millones de euros), el 4% de su PIB, según un informe difundido el lunes por el organismo.  

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