CONCEPCION, Chile. AFP.  Las primeras lluvias fuertes de otoño cayeron ayer en la madrugada en el centro y sur de Chile, donde los damnificados del terremoto del 27 de febrero que siguen viviendo en campamentos sufrieron inundaciones en sus carpas y debieron ser evacuados a albergues.

Las poblaciones de Talcahuano y Chiguayante (500 km al sur de Santiago) fueron las más afectadas por el temporal, que obligó a los bomberos a evacuar a unas 50 familias, comprobó la AFP.  Pero la emergencia por las lluvias se extendía a otras ciudades, incluyendo la capital chilena.

El presidente Sebastián Piñera viajó a la zona más afectada por las lluvia, en una visita no programada después de firmar en Santiago el proyecto de ley que financia la reconstrucción del país.  A medida que aumentan las lluvias también aumenta la sensación de vulnerabilidad entre los habitantes de los campamentos, donde se empieza a acumular lodo, y los pocos enseres domésticos que les quedan -por ejemplo colchones o ropa de cama- se estropean.  Además, varias de las casas de emergencia instaladas en las zonas arrasadas por el terremoto y el posterior maremoto presentan filtraciones.  Según la Oficina Nacional de Emergencia (ONEMI), ya se han habilitado 40 albergues en las regiones afectadas, dos de ellos en Santiago.  Sin embargo, de las 2,800 familias que siguen viviendo en carpas, según el ministerio del Interior solamente 390 personas acudieron a los albergues habilitados por el gobierno.

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Las ruinas

Los escombros que aún quedan esparcidos por las localidades más damnificadas y las modificaciones que sufrió el terreno por el sismo favorecieron la inundación de calles que hasta ahora nunca se cubrían por las lluvias, características de esta zona en el otoño e invierno.  El frente lluvioso de ayer es considerado leve respecto a las importantes precipitaciones y bajísimas temperaturas características del otoño y el invierno.