Lluvias siguen dejando daños

<P>Lluvias siguen dejando daños</P>

Hasta anoche, los reportes de las consecuencias de las lluvias registraron varios ahogados, 800 familias desplazadas y casas anegadas.

Ayer murió ahogado arrastrado por las aguas de una  laguna del paraje Brito, en Bánica, Elías Piña, el niño  Yaniel de los Santos Martínez, de cinco años, cuyo cadáver fue recuperado al mediodía. Mientras, un joven muerto, una menor desaparecida, 12 comunidades aisladas,  800 personas desplazadas y 160 casas anegadas  son los datos que arroja el informe del Comité de Operaciones de Emergencias durante los dos últimos días de lluvias.

No obstante,   en los  barrios La Barquita y  Vietnam, Santo Domingo Este, se reportaron dos viviendas  destruidas  por un alud de tierra y 300  casas anegadas por la crecida del río Ozama y de cañadas. Sus  moradores se refugiaron  en residencias de vecinos y de amigos.

La  Defensa civil en San Cristóbal informó que solo en el barrio Moscú hay 279 casas afectadas, 198 familias damnificadas  y 30 albergadas en el  centro comunal del barrio levantado en las excavaciones dejadas por las compañías extractoras de agregados para la Autopista 6 de Noviembre.

En Palenque, una casa se quemó             por la caída de un poste del tendido eléctrico. No hubo pérdidas humanas. En el sector  Lavapiés    se desplomaron las estructuras hechas  para  proteger las  casas  cercanas al río Nigua. 

  En los rieles de la Carretera Sánchez, en el tramo San Cristobal-Baní, se formó un charco que representa un peligro para los conductores de vehículos.

El miércoles, murió en Los Alcarrizos   Algeny Madé Díaz,  de 21 años, y una menor de 13 años está desaparecida, tras la crecida del arroyo Lebrón.

En el barrio La Ciénaga, en el Distrito Nacional, hubo  dos derrumbes a ambos lados de la planta de tratamiento, pero no fueron reportados  daños debido a que en el lugar no había viviendas.

En la calle Arabia, de Las Palmas de Herrera, próximo a  la cañada de Guajimía, persistía  el temor  de cuatro familias de quedar sepultadas bajo una pared que comenzó a desplomarse la noche del sábado. Ninguna autoridad ha acudido  a evaluar la situación.

Reporte oficial.  Según el COE, como consecuencia de la crecida del río Ozama,   160 familias habían sido desplazadas hasta ayer de sus viviendas en el sector  La Barquita, en Santo Domingo Este, de las cuales 41  están refugiadas en el albergue que funciona en el Centro Educativo El Buen Pastor, del barrio Puerto Rico. Los demás  en casas de familiares y amigos.

Indicó que  en San Pedro         de Macorís por la crecida del río Soco  están aisladas las comunidades de El Bejucal, La Lima, Cabeza de Toro, Los Platanitos y Concho Primo.

  Mientras, en Villa Altagracia, producto de la crecida del río Haina están incomunicadas  El Badén, La Cuchilla, Medina, Barrio Chino, La Rosa, El Caobal y La Represa. En San Juan de la Maguana, 39 personas continúan albergadas en el Estadio Municipal.

¿Dónde están las autoridades?  Solo personal de la ONG Tú Mujer  auxiliaba  a los afectados  en Vietnam y en La Barquita, porque  hasta ese momento  la única ayuda oficial era  la del Ministerio de Salud Pública, que “peinó” la zona con más de 70 socorristas y médicos, entre ellos epidemiólogos y promotores de salud que instruían  sobre cómo prevenir el dengue y la leptospirosis.  Los socorristas  irían hoy  a Los Tres Brazos.

En La Barquita de Sabana Perdida, en Santo Domingo Norte, el río comenzó a penetrar a las casas y sus habitantes a refugiarse en viviendas de vecinos y de amigos. Sin embargo,  no se advirtió  asistencia oficial de ninguna índole.

Una pesadilla

Omar Álvarez Peguero, dueño de una de las casas  desplomadas en el sector La Barquita, Santo Domingo Este,   exclamó que salió   ileso igual que su  esposa, cuatro niños, y un  hermano y su pareja, porque  huyeron al escuchar el ruido  sobre el techo.

Un relato parecido contó Elvira Mejía, quien habitaba la segunda casa que el deslizamiento echó abajo en el barrio Vietnam, de Los Mina, sin que  tuviera  tiempo de  sacar absolutamente nada. “Todo se fue a pique”, según dijo. Eridania Rosario teme que ocurran más aludes  en el área.

De igual modo, las aguas del río Ozama y de   cañadas comenzaron a entrar al barrio Los Coordinadores, en Sabana Perdida, lo que inquietaba  a sus habitantes, quienes demandan   auxilio de las autoridades.

En medio del miedo

El director de la Defensa Civil en  San Cristóbal, Rafael Ceballos,  explicó que en el barrio Moscú la situación se torna  más peligrosa debido a la vulnerabilidad del sector, en el que  gran parte  de sus casas están construidas en el  lecho de una cañada y otrora cauce del río Yubaso. Reina la incertidumbre, por el desbordamiento de cañadas y porque las aguas quedan estancadas dentro de las viviendas en su mayoría  de bloques y cemento y otras de zinc y madera vieja. Ceballos dijo que  la Defensa Civil se mantiene  atenta al comportamiento de las lluvias.

Afirmó que de continuar los aguaceros habrá que tomar medidas con los habitantes del empobrecido sector, para evitar más tragedias. Mientras,  los residentes de Las Flores, Jeringa, Guaguatico y barrio Nuevo viven momentos de tensión, ya que los ríos Nigua y   Yubaso amenazan con penetrar a sus viviendas.  Desde hace dos meses las autoridades canalizando el río Nigua con tratactores y palas  mecánicas.

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